Laura Chinchilla bailó con los diablitos

Mandataria visitó la comunidad indígena Rey Curré en Osa de Puntarenas

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San José (Redacción). La Presidenta de la República, Laura Chinchilla, le ha tocado bailar con las más fea en momentos difíciles de su gestión, pero hoy su pareja de baile fue uno de los diablitos de la comunidad indígena de Rey Curré en Buenos Aires de Puntarenas.

La mandatario dedicó esta mañana casi dos horas de su sábado a recorrer este pequeño territorio indígena que desde hace 30 años celebra a principios de febrero el ¨juego de los diablitos.

Esta es una tradición que rememora de una manera jocosa la lucha de los indígenas borucas contra los conquistadores españoles.

Chinchilla llegó a las 10:30 a.m. acompañada del Ministro de Comunicación, Francisco Chacón, el Ministro de Cultura, Manuel Obregón y la Directora de Cultura, Irene Morales. Desde que se bajó del carro, niños, jóvenes, adultos y adultos mayores se aglomeraron a su alrededor en busca de una sonrisa, un apretón de manos, un abrazo y decenas de fotos.

Los vecinos del territorio indígena –que reúne cerca de 1.100 habitantes- quisieron agradecer la primera visita de un Presidente a sus comunidades.

“Desde hace tiempo he querido escaparme a Curré y este año por fin puede hacerlo. Hemos tratado desde el Ministerio de Cultura de poner de relieve las raíces. Ojalá más costarricenses puedan disfrutar de esta fiesta pues es una forma de fomentar el turismo cultural ”, declaró la Presidenta mientras chineaba a un bebé en sus brazos

La mandataria aseguró que conocía el “juego de los diablitos” solo por referencia y nunca lo había presenciado. “Una cosa es verlo y otra es vivirlo”.

Si algo les sobra a los vecinos de Curré es simpatía amabilidad con los visitantes. Varios se acercaron a la Presidenta para entregarle en sus propias manos regalos muy exclusivos, dentro de los que destacó una máscara boruca.

Doña Dominga Lázaro le regaló una prensa para el pelo confeccionada a mano y la mandataria no dudó en ponérsela en seguida.

“Yo quería regalarle algo original del pueblo y le hice esta prensa de jícara”, dijo artesana.

Poco a poco Chinchilla fue “llenando el canasto” con más presentes: un libro, un disco, un bolso tejido y una adorno en madera de balsa.

Un señor un poco incrédulo le dijo “yo pensé que no iba a venir, pero qué dicha que está aquí”. Y de inmediato le ofreció un trago de chicha que la Presidenta rechazó porque “ya se había tomado uno”.

Como en toda gran fiesta, no podía faltar la buena comida. Doña Laura se internó en la cocina al aire libre a cargo de doña Victoria Lázaro.

La presidente interrogó a las cocineras sobre los secretos para la preparación de los tamales de arroz y no lo pensó dos veces para degustar uno.

Ya bien sentados a la mesa la mandataria y sus acompañantes saborearon el tamal y minutos después dos músicos acompañados de acordeón y tambor les soltaron una amena serenata.

Al Ministro de Cultura, Manuel Obregón, se le salió el músico que hay en él y se unió a sus colegas con el acordeón. El ritmo de la cumbia alborotó a los diablitos, especialmente a los que andaban vario tragos de chicha adentro- y se animaron a sacar a bailar a la presidenta. Y ella muy apuntada, se tiró a pista.

“Los más valioso de esta fiesta es la alegría de estas personas, su calor y su don de gentes. Estoy muy agradecida con este recibimiento”.

Consultada sobre propuestas gubernamentales para las comunidades indígenas de Costa Rica la mandataria declaró que “se están desarrollando mesas de trabajo para tratar de atender muchos problemas que a lo largo de los años no se han podido solventar, quizás el más importante es el tema sobre los territorios y el otro es la consulta indígena para el desarrollo del proyecto de Diquìs.

Somos la única nación latinoamericana que está atendiendo la recomendación del representante de Naciones Unidas de pueblos indígenas y queremos hacer esa consulta y esperamos poder anunciar este año el modo en que se va a hacer esa consulta.

Pasado el mediodía, la presidenta se enrumbó a San José con la promesa de regresar.

El juego de los diablitos finaliza mañana en la noche con la “muerte” del toro.

NOTA: Se corrigió en la información que Rey Curré es parte del cantón de Buenos Aires, y no del cantón de Osa.