Latinoamérica rediseña el mundo

Planos maestros Europa y Norteamérica voltean su mirada hacia los nuevos diseños en la región

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El reconocido arquitecto y crítico Luis Fernández Galiano Ruiz predijo alguna vez que, si bien las metrópolis seguirán marcando las pautas económicas, políticas y culturales de los próximos años, el foco de la arquitectura y el urbanismo “estará ubicado en los países del Tercer Mundo y, en especial, en América Latina, donde se terminará de construir una implementación diferente de ciudad” ( Revista Escala , 2005).

Esta visión “galianesca” no profesaba ninguna mentira, pues en la última década líderes de la arquitectura europea y estadounidense han volteado su mirada hacia Latinoamérica.

Tanto en la academia como en el ámbito profesional, los arquitectos emergentes de la región procuran traer un aire fresco e innovador a las ciudades de sus países: están redefiniendo un nuevo perfil de la profesión, proponiendo nuevas herramientas para su desarrollo y creando soluciones que conciben una arquitectura de ciudad más integradora y humana.

Otra visión. No es un país o una ciudad en específico los que generan arquitectos talentosos, sino que existen múltiples brotes profesionales a lo largo de Latinoamérica que evidencian esta nueva forma de pensar y hacer arquitectura.

Tryptique, por ejemplo, es una firma radicada en Brasil que redefine la arquitectura al acercarla al arte. Muchos de sus edificios se comportan como instalaciones artísticas, donde la crítica, la vinculación con un público y la interacción de los elementos vegetativos con la materialidad generan un incomparable lenguaje proyectual.

Otro caso destacable es el de Urban Think Tank , quienes, desde diferentes rincones del mundo, –Nueva York, Zúrich, Caracas y São Paulo– trabajan sobre la informalidad de las ciudades, territorio temido por los diseñadores tradicionales.

Ellos realizan investigaciones y prototipos arquitectónicos que sirven como catalizadores del desarrollo de las ciudades invisibles; es decir, donde miles de familias residen al margen de la construcción espontánea de las ciudades.

El caso de Diego Van der Laat –arquitecto de Sanjosereves y ganador de los concursos del parque de La Libertad y del futuro museo de Jade– nos acerca a Costa Rica. Con sus propuestas, este joven arquitecto reta a muchos otros futuros profesionales a experimentar y crear sus propias metodologías de diseño. En su trabajo, ha llegado al punto de ligar su obra a técnicas cinematográficas y a la lectura que ha realizado de diferentes obras literarias.

El rol de la academia. En esta metamorfosis y resurgimiento de la arquitectura latinoamericana, el papel de las universidades no puede invisibilizarse. Además de ser puntos de fuga de talentos, se han convertido en puntos de convergencia para investigadores del área y para el desarrollo de propuestas de forma colaborativa.

En encuentros recientes, los líderes de reconocidos centros de enseñanza superior, como el Architectural Association School of Architecture en Londres, repiten la necesidad de “contaminarse del pensamiento y las soluciones que están surgiendo en Latinoamérica”.

Esta misma institución ha incluido en su lista de egresados notables a dos arquitectos latinos, está contratando a profesores de la región e incluso está gestando visitas a escuelas latinoamericanas (de México y Chile) con el fin de impartir talleres y escuchar sus experiencias.

La Universidad de Harvard y el Massachusetts Institute of Technology (MIT) también están en la lista de observadores de la región. Por su parte, Harvard creó una unidad especializada en el estudio de proyectos de urbanismo y arquitectura de Latinoamérica, llamada Latin GSD; y el MIT ha recibido a profesores y estudiantes de diferentes universidades de la región para escuchar sus proyectos académicos.

¿Y nuestro país? Costa Rica también se está posicionando como referente de diseño dentro del espectro de la arquitectura latinoamericana y mundial.

Específicamente, la labor de universidades como la Veritas, la Universidad de Costa Rica y el Instituto Tecnológico ha fomentado el intercambio de egresados y académicos, el desarrollo de proyectos en conjunto y la importación de eventos internacionales, como la Conferencia Latinoamericana de Escuelas y Facultades de Arquitectura (CLEFA), el evento educativo más prestigioso de la región, realizado este 2012 por primera vez en el país.

En Latinoamérica y el mundo, los egresados de estas escuelas también han dado de qué hablar. Sin duda, Benjamín García Saxe es uno de ellos. Impulsado por su experiencia y estudios en Costa Rica, Estados Unidos e Inglaterra, ha merecido el premio a la Mejor Casa del Mundo en los World Architecture Festival Awards 2010. Además, hoy trabaja en una de las firmas de arquitectura más renombradas de Londres, Rogers Stirk Harbour + Partners.

Otro caso a destacar es el de María José Araya, egresada de la Universidad Veritas y de la Architectural Association School of Architecture. Ella ocupa hoy una posición importante en la firma de la arquitecta iraní Zaha Hadid.

Al igual que Benjamín, María José se lanzó al mercado mundial respaldada por una educación fundamentada en la experimentación y la versatilidad. Su nivel de riesgo, de autocrítica, y sus ansias por ser parte de retos competitivos, la han hecho crecer y destacarse ante los ojos de Zaha Hadid, con quien ha realizado desde el diseño de productos de lujo de la compañía Zaha Hadid Design, hasta planos maestros de arquitectura.

Siguientes retos. Costa Rica está siguiendo de forma activa y crítica los pasos que ya dieron arquitectos y universidades sudamericanas. Los estudiantes y los egresados están traspasando las paredes de las universidades para crear proyectos integrados a las carencias urbanas. También están fortaleciendo la investigación y experimentación en todos los niveles de su profesión y, paulatinamente, estas instituciones están abriendo espacios para la creación de redes nacionales e internacionales y proyectos colaborativos.

No obstante, como país y como región debemos seguir fortaleciéndonos. Tanto estudiantes como profesionales debemos competir con los mejores y estimular con intensidad los espacios de crítica constructiva. Los países latinoamericanos tienen en común muchísimos rasgos de sus contextos; por lo tanto, comparten puntos generadores de soluciones de urbanismo, diseño y arquitectura similares. Debemos, entonces, crear más a menudo foros de interrelación e intercambio de experiencias y conocimientos.

Las realidades latinoamericanas nos están obligando a replantear la forma en cómo generamos ciudades. No podemos seguir las fórmulas de otros países o de otros tiempos; debemos repensar constantemente los modelos educativos, el papel de los arquitectos y diseminar, día a día, nuestras experiencias de éxito y fracaso para construir las ciudades humanas e integradoras, que los ojos del mundo esperan de la arquitectura y el urbanismo de América Latina.

El autor es director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Veritas