Larvas aceleran la curación de heridas

Un equipo del University Medical Center en los Países Bajos realizó la investigación

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Perú (El Comercio, GDA). Aunque disminuyó considerablemente a mediados del siglo XX, el uso de la terapia larval ha renacido. Se sabía que los gusanos carcomían la carne infectada y la curación era asombrosamente rápida, pero recién se entiende cómo se produce esta limpieza.

Las babas que excretan las larvas de mosca son un bálsamo altamente curativo. Estos gusanos consumen solo los tejidos infectados o necrosados y dejan la zona de la herida limpia, facilitando así la regeneración de la carne y la cicatrización. Sin embargo, por primera vez, científicos han estudiado en detalle cómo se produce este mecanismo.

Un equipo del University Medical Center en los Países Bajos decidió encontrar la base científica de la terapia larval y sus resultados fueron publicados en el último número de la revista especializada “Wound Repair and Regeneration”.

Para ello, desinfectaron muestras de secreciones de las larvas de mosca “Phaenicia sericata” y agregaron muestras de sangre donada por cuatro adultos sanos. A continuación, los científicos midieron los niveles de las proteínas de complemento, que son sustancias presentes en la sangre encargadas de luchar contra las infecciones y enfermedades.

Todas las muestras de sangre arrojaron niveles disminuidos de las proteínas de complemento hasta en un 99,9% en el mejor de los casos. Luego, el equipo hizo lo mismo con muestras de sangre de pacientes posoperatorios.

El organismo de estos pacientes ya estaba luchando por cicatrizarse, y mostraron que las secreciones de los gusanos producían una reducción de los niveles de proteínas de complemento de entre 19% y 55%.

Los investigadores consideraron también la medición a lo largo del tiempo y lo hicieron al día siguiente, luego de una semana y al cabo de un mes para conocer la eficacia de este bálsamo curativo. Los expertos encontraron que las secreciones mantenían su capacidad curativa. Gwendolyn Cazander, cabeza del equipo, señala que no es raro que las babas de la larva tengan la facultad de suprimir el sistema inmune para lograr su cometido de devorar el tejido podrido. “De lo contrario, las larvas podrían haber sido atacadas por el cuerpo”, indicó.

El equipo ahora se encuentra trabajando en la separación de los elementos que permiten la inhibición de las proteínas de complemento para desarrollar un producto medicinal a partir de las babas de la larva de la mosca.

La terapia larval tiene larga data de uso. Hay crónicas de los tiempos de Napoleón y evidencias médicas durante la Segunda Guerra Mundial que relatan su aplicación. Con la aparición de la penicilina la terapia larval perdió protagonismo, pero en el 2004, la FDA de EE.UU. aprobó este procedimiento bajo prescripción.