La Presidenta se adelantó por culpa de Roosevelt

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Los Gobiernos acostumbran presentar su plan nacional de desarrollo más bien cerca de su primer año de gestión, pero la presidenta Laura Chinchilla se dejó tentar por la cifra de los 100 días.

El proceso de planificación y afinamiento de las propuestas de campaña deparó una serie de metas que Chinchilla expuso anoche ante todo su gabinete, diputados de todos los partidos, diplomáticos y dirigentes empresariales.

Lo hizo justamente la noche número 100 desde que comenzó su trabajo como mandataria. Este es un plazo que los Gobiernos nuevos acostumbran fijar como primer momento de evaluación.

Ofrecer un primer “corte” a los 100 días es una tradición que fijó Franklin D. Roosevelt como presidente de Estados Unidos en 1932, presionado por la depresión económica nacida en 1929. Así lo recordó la ministra de Planificación, Laura Alfaro, quien por cierto llegó 50 minutos tarde.

Subida en el escenario, Chinchilla expuso a manos libres y a toda a velocidad durante 57 minutos, sin beber un solo sorbo de agua y caminando de aquí para allá como un predicador.

Ella misma pasaba las filminas con un control remoto que aprendió a usar sobre la marcha, cuando sus asistente de protocolo le recordó que para avanzar se usaba el botón verde. “Yo creí que no podía pensar en verde”, bromeó para deleite de los liberacionistas presentes en el auditorio del Museo de los Niños.

El documento era diferente al que se distribuyó temprano a la prensa. Contenía varios errores ortográficos, dedazos e incluso algunas cifras en apariencia equivocadas. Por ejemplo: la meta de crear “340.000 empleos”.

La mandataria pidió incluso no hacer demasiado caso a una filmina que contenía el dato de reducción del 5% de la cantidad de familias sumidas en la pobreza extrema, pues anunció que en días venideros vendrá una nueva medición más precisa. Adelantarse tiene sus costos.