Las familias disfuncionales siempre han sido un platillo exquisito para entretener a las audiencias. Pensemos en viejos programas como Los Locos Adams , Los Monsters y en la longeva y exitosa serie animada Los Simpsons.
Con la llegada de los reality show hoy se puede prescindir de efectos especiales, maquillaje y vestuarios diseñados para transformar a actores y actrices en personajes estrafalarios, pues se sustituyen con una fórmula mucho más simple y efectiva: grabar directamente las extravagancias y excentricidades de una familia tan célebre como disfuncional.
Eso son Los Osbournes , una serie protagonizada por el archifamoso rockero Ozzy Osbourne (el mismísimo “Príncipe de las tinieblas”) su esposa Sharon, y sus dos hijos Kelly y Jack.
El show se rodó entre marzo del 2002 y el 2005, pero MTV (no podía ser de otra manera) sigue retransmitiéndola en distintos horarios.
Fue así cómo –practicando el zapping – me topé con un capítulo de antología. Les cuento. El doctor Phil es un famoso psicólogo clínico con rango de estrella mediática gracias a su propio show televisivo (segundo más visto en los EE.UU.) en donde ayuda a la gente a generar vidas más positivas. Sus invitados varían entre víctimas de violencia, abuso infantil, depresión, racismo, abuso de sustancias prohibidas y muchos otros con diversos problemas de salud física y mental.
Ahora imagínese ser testigo de la visita que el Dr. Phil le hace a la familia Osbourne para ofrecerles consejo profesional. ¡Imperdible!
¿Qué es lo “normal”?
Este episodio me atrapó por su combinación perfecta de escenas hilarantes y emotivas a la vez. “Todo el mundo los llama la familia disfuncional favorita de los estadounidenses. ¿Creen que eso es verdad?”, pregunta el Dr. Phil a los Osbournes, reunidos en la sala de su mansión.
“Yo tengo un problema con eso”, responde Ozzy. “¿Cuál es la familia más funcional? ¿Los Bush? Yo creo que una familia funcional es aquella que sobrevive”.
Kelly secunda a su padre: “Creo que es estúpido decir: ‘No es normal’, porque lo normal no existe (') ¿Si tuviéramos una cerca blanca y un (perro) golden retriever seríamos normales’?”
La terapia familiar continúa con el Dr. Phil cuestionando que ellos hayan vivido en 27 casas distintas en un lapso de 24 años, la falta de estructura y manejo de límites y el lenguaje soez con que se tratan unos a otros. Conforme avanza, la terapia se adentra en asuntos más serios, en especial el oscuro historial de abuso de drogas y alcohol de Ozzy y el impacto negativo en su familia.
Él confiesa que estuvo demasiado drogado o ebrio para darse cuenta de las necesidades de sus hijos, sumado al hecho de tener, como buena estrella de rock , un ego más grande que la casa donde habitaba.
“¿Estás enojada con tu papá por lo que ha hecho en su vida?”, pregunta el Dr. Phil a Kelly y esta responde: “No. Me ha herido pero no puedo estar enojada (...) No puedo estar enojada con alguien a quien amo”. Y agrega: “No recuerdo que de niña fuéramos a ningún lugar en familia, ir al cine con mi papá, él se dormía en las reuniones de la escuela. Yo creí que todas las familias eran así.”
En este punto el show me hizo reflexionar sobre si en verdad esa familia que tanto asusta es en esencia muy distinta a muchas de las “mejores” familias de nuestra sociedad, en donde el abuso y los maltratos se esconden entre cuatro paredes y lo que vemos en la calle es solo una realidad tan maquillada como el rostro de Los Locos Adams.
El veredicto del Dr Phil es contundente: los Osbournes son una de las familias más amorosas, compenetradas y solidarias entre sí que él haya visto. ¿Y qué opina Ozzy? “Si alguna vez quisiera un terapista para la familia, esa es la clase de tipo que me gustaría porque tiene una manera muy gentil de decirte que sos un imbécil”.