La ley del hielo lastima a ambas partes involucradas

Estudio de la Universidad de Rochester con 152 participantes

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

San José (Redacción). Las personas que deliberadamente intentan ignorar a otra también experimentan angustia, reveló un estudio hecho por la Universidad de Rochester.

“Su aflicción es distinta de la que experimenta la persona excluida pero no por ello es menos intensa”, dijo el investigador, Richard Ryan, profesor de psicología clínica y social de esa universidad.

En su mayoría, quienes aplican la ley del hielo a otra persona sienten pena, culpabilidad y menos autonomía; además, se sienten menos conectados a otras personas, asegura el estudio, que fue publicado en Psychological Science .

“Somos animales sociales. Típicamente, somos empáticos y evitamos lastimar a otros, a menos de que nos sintamos amenazados”, explica Nicole Legate, el investigador líder.

¿Cómo lo hicieron?

Los investigadores pidieron a 152 participantes jugar Cyberball en línea con otros dos jugadores. Cada participante creyó que los otros dos jugadores eran personas, pero, en realidad, eran jugadores virtuales: uno programado para jugar de forma justa y compartir la bola de forma igualitaria, y otro para excluir a uno jugador, tras compartirle la bola dos veces.

Tras entrevistar a los participantes, el estudio mostró algo que ya se sabía: que ser excluido por alguien, aún por un desconocido sin rostro, como el que está detrás de un juego virtual, causa disgusto y mal humor en las personas.

Sin embargo, reveló también que quienes excluían a otros se sentían igual mal emocionalmente por hacerlo, incluso si lo hacían a solicitud de los investigadores.