La industria turística

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Costa Rica ha sido bendecida por una inigualable riqueza natural. Gracias a la protección de un importante porcentaje de nuestro territorio como parques nacionales, a la biodiversidad que es referente en el mundo, a ser un país sin Ejército, amante de la paz y a una democracia centenaria, se nos ha permitido desarrollar una gran marca país, y convertirnos en un destino preferido para muchos turistas.

Desde la óptica productiva, el turismo se ha convertido en una importante fuente de riqueza, empleos y en una destacada actividad generadora de divisas. Además de convertir en polos de desarrollo diversas regiones del territorio nacional, el turismo ha jugado un importante rol distributivo pues a la par de grandes cadenas hoteleras, han surgido pequeñas y medianas empresas y se han propiciado buenos emprendimientos.

Por su rol productivo y distributivo ,el apoyo a la industria turística debe ser una prioridad nacional, sobretodo al pequeño y mediano operador. Pero se le ha dejado en peligrosa orfandad ante complejos factores exógenos y endógenos que amenazan su sobrevivencia.

Sin duda la peor crisis de los últimos 70 años nos dejó de la noche a la mañana sin cientos de miles de visitantes, paralizó importantes inversiones inmobiliarias, y el crédito se hizo más difícil, algunos simplemente no lo lograron.

Los sobrevivientes luchan hoy por hacerse camino en un entorno internacional que, si bien positivo es aún retador, ante el débil ritmo de recuperación en EE. UU. y la Unión Europea, los puntos de origen más importantes de nuestros turistas. Por otra parte, las distorsiones monetarias y cambiarias globales, junto al flujo de capitales “golondrina” para los que somos atractivos, así como la toma de medidas (o la falta de estas) más adecuadas a nivel nacional, han incidido en la caída del tipo de cambio, condición que golpea a esta debilitada industria, que ve cómo sus ingresos bajan y sus costos siguen creciendo, algunos exponencialmente, como la electricidad.

Un pequeño alivio, que no entendemos cómo no se había hecho antes, ha sido la disminución de las tasas de interés, situación que pareciera tendrá un retroceso ante las recientes medidas del Banco Central de limitar el crecimiento de las carteras de crédito.

Otras redundantes amenazas al sector, son la inseguridad con sonados casos de turistas como víctimas, y las persistentes deficiencias en infraestructura, ambas amenazan peligrosamente esta preciada gallina de los huevos de oro, un lujo que sin duda como país no nos podemos permitir. Estamos a tiempo de enderezar el rumbo.