La imaginación de los niños voló con el show Aky

Complemento La fusión de música en vivo, efectos de sonido, danza y teatro fue la combinación perfecta para el espectáculo

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Colaboradora

La mejor forma de jugar es con la imaginación. Bajo esta premisa, la compañía de teatro y danza Las Afueras se ganó la admiración de una veintena de niños, ya que ayer por la mañana se presentó del espectáculo Aky como parte del programa Estación Farolito, del Centro Cultural de España.

El frío en barrio Escalante no fue obstáculo para que padres, madres y abuelitos llevaran a los pequeños a ser parte de la obra.

Una pequeña cama de madera, con dos jóvenes durmiendo en ella, y las notas musicales de un violonchelo hipnotizaron a chicos y a grandes desde el inicio.

En conjunto con el músico Alex Catona, las bailarinas Andrea Catania e Inés Aubert fueron las encargadas de enlazar varias historias con imaginación y muchos cómplices.

La trama: al despertar, un par de hermanas inician una travesía de diversión, cuando, con sus pijamas puestas, ellas se dan cuenta de que usan una media de un tipo y otra de otro. Con la idea de entretenerse, comienzan a inventar aventuras.

Historias. Un alegre baile combinado con los juegos en medias se transformó, poco a poco, en una presentación con una marioneta humana. El enlace entre un relato y otro fue sutil para los presentes, que se hallaban sumergidos en la historia.

La marioneta luego se convirtió en un temible pirata, quien en una travesía sobre la cama, se enfrentó a una pobre marinera que flotaba en un colchón.

Pronto, esta historia mutó a una de unos astronautas que visitaron la Luna y, luego, las protagonistas se volvieron buzos que exploraban el fondo del mar.

De esta forma, los niños dejaban volar sus mentes hacia lo más alto, de la mano del trío de artistas que estaban sobre el escenario.

El cierre del espectáculo no pudo ser mejor: las bailarinas se mezclaron con los niños y los invitaron a ser parte del show . Ellos bailaron y rieron; fueron astronautas, marionetas y hasta arañas.

La sonrisa de los niños presentes fue la mejor señal de que con Aky los pequeños combaten la rutina y disfrutan el arte.