Cuando Érika Mata ofrece entradas para su obra de teatro El funeral, la gente se asusta: ¿Quién se murió?, le preguntan apenados.
“Así es la muerte”, ríe Mata con el juego de palabras y de sensaciones producidas por la nueva pieza artística que codirige con el actor costarricense Janko Navarro, exintegrantes ambos del grupo de teatro Abya Yala.
El Funeral es una obra escrita, producida y actuada por Navarro, ensamblada en conjunto con Mata, y estrenada en Brasil, que se presentará a partir de mañana a las 8 p. m. en el Teatro Montes de Oca de la Universidad de Costa Rica (UCR), y hasta el domingo 29.
La puesta en escena aborda el tema de la muerte de una manera irónica y hasta un poco absurda, dice su autor. “En vez de filosofar, quiero trabajar el tema de una forma alegre y cercana al público a través de la fantasía”, destaca.
Una mezcla de teatro, danza, luces y energías unidas, cuenta la historia de un joven que experimenta múltiples catalepsias – accidentes nerviosos que imitan a la muerte, dejando al cuerpo paralizado– . Su idea es amaestrar a la muerte para que nunca lo lleve con ella.
Inspirado en las ideas de la escritora nicaraguense Michel Najlis y la costarricense Yolanda Oreamuno, a Navarro el tema de la muerte le toca las fibras “como a cualquier otro ser humano que se pregunte qué existe después de morir”, coinciden él y Érika.
Artistas del calibre de Alejandro Jodorowsky, especialista en el teatro y el cine pánico, y el misterioso Carlos Castañeda, también han inspirado el texto del actor costarricense, quien afirma que El funeral es una “obra bruja”, que reúne muchas vertientes del teatro y que lo reinauguran a él como histrión.
Desde Brasil. Luego de dos años de investigación y búsqueda de material, Janko Navarro inició el proceso de montaje: otros ocho meses en los que se unió Érika Mata al trabajo de las tablas, quien es coreógrafa experimentada en las artes escénicas.
En Brasil, donde Navarro hace un doctorado en poética de la escena, ambos iniciaron un viaje por la energética, la danza butoh, el clown y la dramaturgia. “Es una síntesis de influencias”, afirma el director, quien quería crear un texto que lograra reunir el lenguaje verbal con el de la danza y el teatro.
Y tuvieron éxito. La obra se estrenó en el Teatro Lume , en Brasil, en noviembre del año pasado, y se presentó en otras salas de ese país y en Monte Video de Uruguay.
La riqueza de colores y luces hacen que sea, según su autor, “una exaltación de la vida, más que una exaltación a la muerte”.