‘La conservación de los bosques es tema económico’

José J. Campos Director ejecutivo Catie

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¿Qué implica que un tico llegue a un cargo alto en IUFRO?

IUFRO se creó hace 120 años y funciona como una red de 800 instituciones y 15.000 científicos a nivel mundial, principalmente europeos y norteamericanos.

“La organización tiene un órgano de gobierno que es la junta directiva, donde fui nombrado para los próximos cinco años. Mi objetivo es visibilizar el trabajo que se hace en Latinoamérica e impulsar que en 2018 se realice el congreso mundial en alguno de nuestros países”.

¿Qué retos se le presentan a IUFRO en la coyuntura actual?

Debido a los grandes desafíos que enfrentamos como cambio climático, degradación ambiental y pérdida de biodiversidad, los bosques cumplen un papel fundamental, son parte del problema y parte de la solución, son uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, pero también pueden secuestrar carbono.

“En un momento en que tenemos que tomar decisiones sobre cómo manejar mejor los recursos forestales, se debe tener a la ciencia como base y promover un capital humano que esté capacitado.

“En esto radica la importancia de IUFRO: reunir a nivel mundial a 15.000 científicos en una serie de foros que abordan los temas desde la política, la economía y lo social hasta la ecología y los aspectos más técnicos”.

Al ser una organización científico y ante los retos que se presentan, ¿cómo se va a orientar la investigación desde IUFRO?

El manejo de los bosques requiere ser interdisciplinario. Si bien se requiere un entendimiento de los aspectos biológicos y ecológicos, cada vez es más necesario ahondar en aspectos económicos y sociales.

“La verdad es que la degradación de los bosques es un problema económico. Si el bosque tuviera un valor monetario que el propietario pudiera percibir por mantenerlo en pie, lo conservarían. Sin embargo, el enfoque tradicional es corto el árbol, vendo la madera y meto ganado a la finca.

“El bosque se ha subvalorizado, solo se paga por su madera y ni siquiera al valor real que tiene, pero tienen una contribución mayor: el secuestro de carbono y eso ni siquiera lo estamos pagando.

“¿Cuánto vale que un bosque sea hábitat de biodiversidad con el fin de conservar esa gran biblioteca de genes donde puede estar la cura de una enfermedad o un nuevo cultivo? Es un potencial que hay que investigar”.

En cuanto a cambio climático, ¿por dónde va la investigación?

En este momento el tema central de IUFRO es cambio climático y lo abordamos desde dos perspectivas: la mitigación para evitar lo inmanejable y la adaptación para manejar lo inevitable. Se trata de hacer algo hoy para no lidiar con eso en el futuro y, por otro lado, ya hay cosas que debemos hacer porque ya existe cambio climático.

“La principal limitación que se tiene y por donde se va orientando mucha de la investigación no es tanto en los aspectos biofísicos, sino en los aspectos políticos, sociales e institucionales con el fin de ver cómo se puede crear un ambiente más propicio en los países tropicales – donde hay más deforestación – para que existan políticas que reduzcan la tala ilegal, por ejemplo”.

Precisamente, si alguna lección nos dejó la cumbre sobre cambio climático en Copenhague (2009) fue que la discusión migró de lo técnico a lo político y económico.

Así es. Cuando hablamos de ver la deforestación como un fenómeno económico es entonces cuando tenemos que analizar qué políticas e instituciones requerimos para que los bosques sean valorados en su máximo potencial.

“En el esquema mental de antes, la corriente era botar el bosque porque ya venía el desarrollo. Ahora estamos bajo una presión para no solo detener eso, sino ver cómo restauramos esas áreas boscosas.

“Creo que es posible y Costa Rica es un caso de éxito. Pasamos de tener una de las tasas de deforestación más alta en el mundo en la década de los 80, a la situación que tenemos ahora que más bien estamos en una curva ascendente en cuanto recuperación de cobertura forestal. ¿Cómo se logró? Mucho fue por políticas e instituciones como el pago por servicios ambientales, combatir la tala ilegal, así como la educación y conciencia en la gente”.