Muchas personas dicen beneficiarse de una taza de café por las mañanas y ahora parece que las abejas polinizadoras también disfrutan de su dosis de cafeína, alerta hoy un estudio en la revista Science .
Británicos y estadounidenses descubrieron que la cafeína en el néctar de las plantas estimula la memoria de las abejas polinizadoras. Según ellos, este mecanismo es un tipo de “manipulación por fármacos” que beneficia a las plantas para reproducirse con eficiencia.
Ellos entrenaron a un grupo de abejas para reconocer un aroma floral particular dándoles una recompensa de azúcar 30 segundos después de oler el aroma. Al reconocer el olor, las abejas entrenadas extenderían su apéndice bucal, como para alimentarse de la recompensa. Cuando el azúcar contenía dosis bajas de cafeína, el triple de abejas reconocían el aroma un día después. El doble de los insectos lo recordaban luego de tres días.
Los científicos también estudiaron el cerebro de las abejas y encontraron ciertas neuronas que reaccionan ante la cafeína. Al parecer, el químico provoca cambios en las regiones cerebrales asociadas con la memoria y el aprendizaje.
Las flores en las plantas de café y cítricos ( Coffea sp. y Citrus sp.) producen un néctar que contiene cafeína. En altas dosis, la cafeína es tóxica y repelente para los insectos, y las abejas en particular.
Estas últimas, por naturaleza, evitan las plantas con altas concentraciones de cafeína. Sin embargo, las que producen néctar con pequeñas cantidades de cafeína estimulan a las abejas a seguir frecuentándolas para alimentarse. Los expertos concluyeron que el néctar cafeinado crea fidelidad en los polinizadores, pues recuerdan mejor las características de las plantas.
Esto ayuda a las abejas para alimentarse más eficientemente, y a las plantas para garantizar su polinización y reproducción.