La alegría está en la pista de baile

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Bailar es divertido y un excelente ejercicio aeróbico: al son de la música, en la pista de baile se pueden quemar al menos 350 calorías en una hora.

Pero más allá de quemar calorías y mejorar la condición física de la persona, bailar para jóvenes adolescentes puede ser una eficaz terapia para combatir la depresión y mejorar la confianza en sí mismos.

Así lo demuestra un estudio realizado en 112 adolescentes suecas y cuyos resultados se publican en la última edición de la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine.

Practicar cualquier tipo de ejercicio es una estrategia aprobada para prevenir y tratar la depresión en escolares y colegiales; se ha demostrado que hacer ejercicio promueve sentimientos positivos, aumenta la confianza en sí mismo y en la posibilidad de resolver problemas.

Tomando esa evidencia en cuenta, los científicos, liderados por Ann Duberg, de la Universidad de Örebro, Suecia, decidieron valorar el efecto de una terapia de baile en mujeres adolescentes, de entre 13 y 18 años, que se habían presentado reiteradas veces en la enfermería de su centro de estudios con síntomas psicosomáticos, como dolor de cabeza, de estómago, en el cuello o la espalda y con persistentes sentimientos de agotamiento, preocupación o tristeza.

En el experimento, 59 jóvenes recibieron, a lo largo de ocho meses, clases de baile dos veces por semana; otras 53 jóvenes no, solo fueron monitoreadas a lo largo del periodo.

Al principio y al finalizar el estudio, todas las jóvenes realizaron pruebas de autoevaluación de su estado de salud física y emocional.

Tal como esperaban los expertos, las jóvenes que recibieron las clases de baile mostraron una gran mejoría en su autoevaluación; además, el 91% de ellas consideró que la terapia de baile era una experiencia positiva.

Para todos, pero en particular niñas atravesando la adolescencia, una mayor autoestima y felicidad puede encontrarse en la pista de baile.