La acción de dar trae felicidad

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Se dice que es mejor dar que recibir. El acto de dar a otro lo que es nuestro nos hace crecer como persona; muestra nuestra solidaridad con el otro y nos permite poner al prójimo antes que a uno mismo.

Sin embargo, además de hacernos una ‘mejor persona’, ¿habrá un placer innato en la acción de dar?

Un equipo de investigadores de la Universidad de British Columbia, en Vancouver, Canadá, cree que sí: el acto de dar lo que es nuestro, nos hace felices.

Los científicos respaldan su afirmación en los resultados de un experimento hecho con niños de menos de dos años de edad y cuyos resultados se publican en la revista de la Biblioteca Pública de la Ciencia PLoS One.

A los niños se les invitó a jugar con una marioneta. El niño tenía un recipiente vacío y la marioneta también. Luego, le regalaron al niño varias galletas que pusieron en su recipiente, y es aquí donde empieza el experimento: se le decía al niño que la marioneta no tenía galletas, y se le preguntaba si le podía dar una de las suyas al muñeco.

El niño, entonces, procedía a compartir sus golosinas.

Luego, los investigadores presentaban otro recipiente con galletas y se le decía al niño que le diera una de esas galletas (las que no eran de él) a la marioneta.

Todo este juego se grabó en video y luego fue analizado por los expertos.

La conclusión: cuando los niños compartían sus galletas con la marioneta mostraban mayor felicidad que cuando le daban una golosina proporcionada por el investigador.

Según Lara Aknin, líder de la investigación, las personas tienden a asumir que los infantes son, por naturaleza, egoístas; pero este estudio demuestra que no es así: los pequeños son más felices dando que recibiendo y los hace más felices compartir sus recursos que simplemente repartir recursos de otros.

El estudio, además de demostrar la felicidad que nos provee la acción de dar, también lanza una pregunta sobre por qué los seres humanos somos cooperativos. ¿Será que el ayudar a otros es parte de la naturaleza humana?