San Gerardo de Rivas, Pérez Zeledón. Con su cartel de favorito ya más que comprobado, el principal rival para Juan Ramón Fallas eran sus propias marcas.
En el 2012, Fallas había logrado el enorme tiempo de 3 horas, 5 minutos y 27 segundos y para aquel entonces había capturado la admiración de todos. ¿Cuánto más podía reducirse el tiempo? ¿Podría alguien superarlo?
Para el siguiente año, todas las miradas quedaron puestas en él desde el momento en que salió de la meta; no obstante, una serie de caídas le quitaron la gloria, pese a que siempre logró el primer lugar.
La XXVI edición de la Carrera del Chirripó representaba su revancha y esta vez lo logró.
Este oriundo de Olán de Pérez Zeledón, de 28 años, logró lo impensado y bajó casi en un minuto el récord logrado hace dos años. Su nueva marca ahora es de 3:04:04.
“Desde que comencé a subir mantuve mi ritmo y gracias a Dios logré superar en un minuto mi propio tiempo, todo se me prestó para bajar el tiempo”, explicó Fallas.
Juan Ramón cuenta que recién dejó de sembrar la naranjilla, uno de sus trabajos, pues se le pegó una plaga. También nos comentó que dejó su pueblo Olán para irse a Santa María Brunca donde se gana “algo” jornaleando.
Ahora, el “gemelo” –como le dicen, pues nació el mismo día que su hermano Juan Luis– quiere meterse más al atletismo, pues ya le está dando resultados. Incluso, para esta carrera al fin logró encontrar un patrocinador que le está pagando.
Recordemos que Fallas participó en la maratón de los pasados Juegos Centroamericanos que se realizaron el año pasado en la capital. Ahí llegó de cuarto.
Fallas afirma que para la próximas ediciones espera bajar su marca en casi un minuto, pues durante sus entrenamientos indica que ha llegado a realizar el recorrido en tres horas y tres minutos, un minuto menos que la marca conseguida ayer en la carrera.
El tetracampeón explica que no hay ningún “secreto” para ganar tantas veces la carrera, pero sí asegura que él junto a sus hermanos caminaban mucho de pequeños.
“Recuerdo que nosotros caminábamos más de una hora para ir a la escuela y a veces tras esas exhaustivas jornadas llegábamos y teníamos que trabajar en los cañales. Tal vez eso nos ayudó un poco”, considera el tetracampeón de la competición.