Islam, islamistas e islamofobia

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Donald Trump, uno de los varios republicanos que aspiran a gobernar Estados Unidos, afirmó el domingo en el programa This Week , de la cadena ABC, haber visto a “miles y miles de musulmanes” que celebraban en Nueva Jersey mientras las Torres Gemelas se desplomaban aquel 11 de setiembre del 2001.

El conductor del programa, George Stephanopoulos, lo confrontó con la evidencia de que no existían informes de la Policía ni de otras autoridades de tal hecho, y ayer The Washington Post demuestra, con base en consultas a fuentes policiales y políticas, que no hubo tal algarabía masiva.

He allí un ejemplo perfecto de cómo azuzar una fobia (en este caso contra los musulmanes) con base en una mentira.

Nada de sorprender habida cuenta de los prejuicios, muy conocidos, de ese personajillo con respecto a la inmigración.

Tal actitud no debe soslayarse. Por el contrario, hay que verla con mucho cuidado pues no constituye una expresión aislada en tanto hay muchos Trump alentado odio, intolerancia y persecución.

Hoy, cuando un grupo radical sunita mata en nombre de Dios y se presenta como campeón de la fe islámica, debemos ponernos en guardia para no caer en la trampa de sumarnos a esa tendencia.

Es falso que el islam pregone la matanza como medio para propagar su fe. Al igual que el cristianismo, en algunos momentos ha usado la conquista territorial para expandirse, pero ni uno ni otro credo son apologistas de la violencia.

Es falso que el yihadismo solo ataque a los cristianos. Otros musulmanes, sobre todos los chiitas, son víctimas. Todos quienes se les opongan son sus enemigos.

Es falso que estemos en presencia de un enfrentamiento inevitable entre Occidente y Oriente; entre la cruz y la media luna. Es otra trampa que debemos evitar, pues es esto precisamente lo que el Estado Islámico (EI) persigue.

Por el contrario, en la coyuntura actual, se requiere una lucha conjunta contra el EI, pues la naturaleza ultrarradical de esta organización significa una amenaza que va más allá de fronteras, ideologías y religiones.

Se incurre en injusticia y discriminación cuando se señala a árabes y musulmanes con el terrorismo.

La desgracia del prójimo la agravamos cuando recurrimos a las generalizaciones para ponerle un estigma.