iPad convierte a estudiantes ticos en protagonistas del aula

1.400 universitarios del país cambiaron libros por iPads

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Desde que la tableta iPad llegó a los salones de clase de la Universidad Hispanoamericana y del Lincoln School, los estudiantes dejaron de ser espectadores para convertirse en protagonistas de su propia educación.

Los conceptos más abstractos cobran forma en la mente de estos muchachos, que con su dispositivo pueden compartir y discutir casos clínicos, hacer presentaciones, ver videos y fotos, tomar apuntes y cargar cientos de libros digitales en el salveque.

Los protagonistas. El programa se inició hace ocho meses en la Hispanoamericana y desde setiembre de este año opera en Lincoln School.

“Es un cambio de paradigma. Me decía un docente que, más que profesor, se siente facilitador. Él trae unas aplicaciones, el estudiante otras y discuten con base en eso”, dijo Jeffry Jones, gerente de la Universidad.

Los primeros beneficiados con la iniciativa son 1.400 estudiantes de las carreras de Medicina y Enfermería. Cristian Valverde, quien estudia para convertirse en médico, es uno de ellos.

“Hay muchos principios fisiológicos y anatómicos que antes tenía que imaginar. Con el uso de esta tecnología podemos visualizar, y eso tiene una repercusión directa sobre el rendimiento académico y el conocimiento”, aseguró.

Además de tener acceso a aplicaciones que se despliegan en las pantallas de sus iPads, durante las clases, los alumnos utilizan el Apple TV.

Este aparato permite conectar dispositivos en un rango cercano a él . Así, si los estudiantes tienen alguna consulta, el profesor puede duplicar la pantalla del alumno, proyectarla al resto de la clase en la pizarra y resolver la duda.

En el Lincoln son niños y jóvenes, desde primer grado hasta sexto año de colegio, los que forman parte del Programa “Kids can’t wait” ( Los niños no pueden esperar ). También los estudiantes de preescolar, pero ellos no se familiarizan con el dispositivo de forma individual, sino grupal.

Así consta en un reportaje realizado por el semanario El Financiero en setiembre pasado.

Los alumnos de ese centro de estudios disfrutan de una enseñanza con ejercicios interactivos, en la cual los maestros pueden vigilar sus avances y asignarles materiales personalizados según sus necesidades de aprendizaje.

La Nación intentó conocer más sobre este programa, pero Jack J. Bimrose, director de la institución, dijo que no ofrecería declaraciones sobre el tema, pues la institución prefería mantener un perfil bajo.

Beneficios. El abandono de los libros de papel y los métodos tradicionales de aprendizaje también benefician el bolsillo de los estudiantes y el de sus padres.

Según Jeffry Jones, gerente de la Universidad Hispanoamericana, los libros digitales cuestan el 30% de lo que vale un libro físico y tienen la ventaja de que se pueden cargar dentro del iPad. Sin embargo, las apps que usan los alumnos en clase pueden ser gratuitas o alcanzar los $200, como un atlas humano, por ejemplo.

Financiamiento. Con el fin de lograr que los estudiantes tengan acceso a estos dispositivos, la Universidad y el Lincoln suscribieron contratos con Apple y sus proveedores en el país.

En el Lincoln el proveedor GBM S. A. alquila los equipos de forma mensual, y en la Hispanoamericana brindan alternativas de financiamiento para que cada universitario tenga su tableta.

Debido a que equipos como estos se cotizan entre $329 y $699, la Universidad cuenta con unas 80 iPads para prestarlas a quienes no las puedan comprar.

La idea es sumergir a los alumnos en la aventura de aprender, y parece que la meta se ha logrado, pues, según el profesor de Anatomía, Cristian Moraga, “la tableta ha provocado que muchachos que no eran participativos dentro de la clase, lo sean ahora”.