El esposo de la presidenta Laura Chinchilla, José María Rico, debió comenzar la semana en la misma habitación de hospital donde ha convalecido de una fractura de cadera y de la vértebra número diez, en los últimos días.
La familia presidencial y los médicos acordaron postergar la salida de Rico hasta asegurarse de que la casa tenga las condiciones suficientes y necesarias para la recuperación de las lesiones causadas por un accidente, el domingo antepasado, en Guanacaste.
La casa de la familia Rico Chinchilla, en Santa Ana, presenta dificultades para la movilidad de Rico por ser de dos plantas.
Rico, de 75 años, cumple hoy una semana de hospitalización, desde que fue trasladado en helicóptero al hotel CIMA-San José, donde Chinchilla ha pasado las últimas tres noches, haciéndole compañía a su marido.
La Presidenta había logrado mantener invariable su agenda hasta ayer, cuando debió cancelar su participación en el X Congreso Nacional de Comerciantes Detallistas, en el hotel San José Palacio.
Ahí, estaba prevista su llegada a las 9 a. m., pero en su lugar asistió el segundo vicepresidente de la República, Luis Liberman.
La directora de Prensa de la Casa Presidencial, Emma Lizano, dijo ayer que el ritmo de recuperación de Rico continúa satisfaciendo a los médicos.
Tras la cirugía de cadera, el paciente enfrentó una disminución de las plaquetas y se le detectó la fractura en la vértebra, la cual le causó dolores agudos el miércoles y el jueves.
Para ello, los especialistas suministraron a Rico un tratamiento con fuertes analgésicos, entre otros medicamentos.
Chinchilla dijo el viernes que su esposo ya pudo retomar la dieta regular y que, “como siempre”, no deja de mostrar buen ánimo.