Imprudencia de buzos altera el comportamiento de los tiburones

Acercarse demasiado o nadar directamente hacia ellos, los incomoda

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La forma en que los buzos actúen bajo el agua influye en el comportamiento de los tiburones, ya que estos pueden evadir ese sitio de buceo y así interrumpir sus funciones básicas de alimentación o limpieza.

También, los peces pueden caer en estado de alerta y sentirse amenazados, lo cual podría poner en riesgo a las personas.

A esta conclusión llegaron Priscilla Cubero, Pilar Herrón y Fernanda González, investigadoras de la Fundación Charles Darwin y la Fundación Malpelo, en un estudio publicado en la revista Aquatic Conservation: marine and freshwater ecosystems.

El estudio demostró que ciertas especies de tiburones, que están expuestos a personas cuando realizan buceo recreativo, tuvieron variaciones en su comportamiento, lo que a largo plazo podría alterar su ciclos naturales.

Esas reacciones estuvieron determinadas por la conducta de los buzos, especialmente en cuanto a la distancia a la que se encontraban del animal y la estrategia de observación que estos practicaban.

En este sentido, los acercamientos directos a menos de cuatro metros del animal y los movimientos bruscos durante la observación provocaron reacciones evasivas o agresivas con mayor frecuencia por parte de los peces.

Otras investigaciones ya habían ahondado en los efectos negativos de las actividades turísticas sin controles adecuados. Poblaciones salvajes de aves, iguanas, rayas y mamíferos marinos se ven afectadas a la hora de alimentarse, en su salud, en el cuidado parental y en el éxito reproductivo.

De ahí el interés de expertos por medir el impacto del buceo recreativo en los tiburones, máxime que esa industria turística (buceo) ha crecido en los últimos años. Al año unas 500.000 personas en el mundo pagan por este tipo de buceo.

Análisis de conducta. Para este estudio, se analizaron cinco especies de tiburones: martillo (Sphyrna lewini), punta blanca (Triaenodon obesus), sedoso (Carcharhinus falciformis), galápagos (Carcharhinus galapagensis) y ballena (Rhincodon typus).

Estas cinco especies son comunes en las islas Malpelo (Colombia) y Galápagos (Ecuador).

En cuanto a las reacciones, el tiburón martillo fue la especie cuyo comportamiento se vio menos afectado por los buzos, ya que se movía en grandes grupos y raramente se acercaba al arrecife. El sedoso tampoco vio afectado su comportamiento; más bien, nadaba en círculos alrededor del buzo cuando este hacía la parada de seguridad en su ascenso a la superficie.

Por su parte, el galápagos tuvo reacciones de evasión y alerta, con una frecuencia mayor en isla Malpelo, debido al alto número de acercamientos de los buzos.

El tiburón punta blanca tuvo reacciones de evasión en ambas áreas de estudio, debido a que –la mayoría de las veces– los buzos nadaban hacia él en forma directa, y el tiburón ballena fue evasivo en islas Galápagos, donde los buzos se le acercaron de manera directa en el 82% de los encuentros.

Asimismo, las reacciones de alerta eran comunes cuando los buzos usaban flash al tomar las fotografías. Las investigadoras notaron que la “simple presencia” y “quedarse quieto” fueron las conductas de los buzos que menos interfirieron con los tiburones.

En este sentido, ellas recomiendan a los buzos mantenerse quietos cuando realicen las observaciones, a una distancia mínima de cuatro metros, evitar el acercamiento directo y los movimientos bruscos, así como el ruido y el uso del flash.