Huecos en el MOPT

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El hueco en la carretera de Circunvalación nos abrió los ojos a los costarricenses para dimensionar los grandes huecos que hay en el Ministerio de Obras Públicas y Transportes.

Ese hundimiento deja a la vista la incapacidad de ese armatoste llamado MOPT para cumplir con una tarea básica como es fiscalizar el estado de las carreteras y prever catástrofes viales como la ocurrida en el tramo Hatillo-Pavas, por donde pasan 45.000 vehículos al día.

Los primeros diagnósticos indican que los carriles se hundieron no por falta de mantenimiento, sino por algo más simple: porque la alcantarilla que pasaba por debajo se obstruyó y se taqueó con palos y troncos.

¿Dónde estaban los ingenieros del MOPT y del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi), o sus múltiples contratistas, que no previeron ese desastre?

Si hace apenas un año y dos meses unos palos y unos troncos también causaron caos por meses en la General Cañas, al traerse abajo una alcantarilla, ¿por qué ningún jefe ordenó revisar potenciales riesgos en otros sitios, como, por ejemplo, en la Circunvalación?

Definitivo. A ninguno le importó que los costarricenses debimos pagar $3 millones a constructoras para arreglar la torta de la General Cañas. Esa traumática experiencia la pasaron al archivo y también el informe del Lanamme, que esa vez los culpó del hundimiento.

El Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales fue directo: “Lo que se evidencia aquí es que no hay un inventario vial detallado” por parte del MOPT. Es decir, nadie revisa, nadie alerta de las amenazas a la infraestructura vial.

Esa omisión llevará, otra vez, a que paguemos más de $3 millones a constructoras para tapar el hueco en Hatillo. Mucho menos habríamos gastado los costarricenses, si los jerarcas y profesionales del MOPT actuaran con diligencia.

Donde sí la exhiben es al dar excusas. En junio del 2012 culparon a los palos y troncos. Ahora, en setiembre, a otros palos y troncos. Es más, esta vez le dieron copy and paste al alegato de hace un año: “Es un hecho circunstancial”.

En el MOPT hace falta mano dura para acabar con la imprevisión. Lo menos que puede salir de la Casa Presidencial es una orden al MOPT para sancionar a quienes se quedaron como un tronco ante palos y troncos que otra vez descalabran el presupuesto y a los conductores.