Los Ángeles, EE.UU. (New York Times). Los analizadores de datos están invadiendo a Hollywood.
El mismo tipo de análisis de números que ha reformado a áreas como la política y la mercadotecnia en línea está siendo usado cada vez más por la industria del entretenimiento.
Netflix, por ejemplo, sugiere a los clientes qué rentar con base en algoritmos que analizan las selecciones anteriores. Pandora hace lo mismo con la música, y los estudios han empezado a usar los “Me gusta” de Facebook y las visitas a los avances en Internet para moldear la publicidad e incluso las películas.
Ahora, el análisis minucioso de las bases de datos está filtrándose en uno de los últimos rincones de Hollywood donde la creatividad y el instinto al viejo estilo aún tienen influencia: el guión.
Un ex profesor de estadística llamado Vinny Bruzzese – “el científico loco reinante de Hollywood”, en palabras de un cliente en un estudio – ha comenzado a promover agresivamente un servicio al que llama nueva evaluación de guiones.
Por hasta $20.000 por guión, Bruzzese y un equipo de analistas comparan la estructura narrativa y el género de un borrador de guión con los de películas estrenadas, en busca de claves para el éxito en taquilla.
Su compañía, Worldwide Motion Picture Group , también investiga a fondo en una extensa base de datos de resultados de grupos enfocados de cintas similares y sondeos de 1.500 potenciales espectadores. ¿Qué les gusta? ¿Qué debería cambiarse?
Sus recomendaciones, entregadas en un informe de entre 20 y 30 páginas, podrían ir desde ajustes menores hasta modificaciones sustanciales.
Los “médicos” del guión, como Hollywood se refiere a los consultores de escritos, han trabajado discretamente desde hace tiempo en las líneas de ensamblaje de las películas, en un análisis de guiones que no es hecho por máquinas.
Los informes dependen de estadísticas y resultados de sondeos, pero antes de evaluar un guión, el equipo se reúne con el o los escritores para “escuchar y entender la visión creativa, de manera que nuestro análisis pueda contextualizarse”, dice Bruzzese.
Muchos guionistas importantes – los que tienen un estatus elevado en la industria, aun cuando sigan siendo en gran medida desconocidos para las masas que asisten a las salas de cine – rechazan la intrusión estadística de Bruzzese en su obra.
“Esta es mi peor pesadilla”, dijo Ol Parker, un escritor de méritos cinematográficos. “Es el enemigo de la creatividad: sólo puede resultar en una homogenización cada vez más sosa, un apresuramiento atolondrado hacia el centro del camino”.
Pero muchos productores, ejecutivos de los estudios e importantes financistas cinematográficos no están de acuerdo. Ya han contratado discretamente a la compañías de Bruzzese para analizar unos 100 guiones, incluido un primer tratamiento de Oz the Great and Powerful , que ha recaudado $484,8 millones mundialmente.
“Elimina mucho del riesgo a lo que hago”, dijo Scott Steindorff, un productor que usó el servicio de Bruzzese para evaluar el guión de The Lincoln Lawyer , un exitoso drama policiaco de 2011.
También hay guionistas que apoyan la práctica. “Fueron las mejores notas sobre un borrador que hubiera recibido jamás”, dijo un guionista ganador del Oscar que, a insistencia de un productor, sometió uno de sus guiones al análisis de Bruzzese.
El análisis de guiones es lo bastante nuevo para seguir siendo en parte un tabú de Hollywood. Importantes financistas y asesores cinematográficos confirmaron que habían usado el servicio, pero declinaron hablar sobre los resultados. Los seis principales estudios cinematográficos de Hollywood declinaron hacer comentarios.