Historia de hermandad

Italianos en América Central

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A los italianos los encontramos en todos lados. Donde se establecieron, supieron afirmarse y ser apreciados por su trabajo. Este es el tema que, con detalles biográficos, anécdotas y una sabiduría de historiadora refinada, Rita Bariatti cuenta en Italianos en América Central: De Cristóbal Colón a la segunda posguerra (Editorial Alma Mater, San José).

El libro reconstruye la presencia de los italianos en el territorio y su participación en el desarrollo de los países del istmo, donde lograron el éxito y, en muchos casos, el rescate social que en su patria –hay que reconocerlo– muy difícilmente habría sido posible.

Una linda historia de integración es la que Rita Bariatti escribe acompañándola con una documentación impresionante, tanto por las fichas introductoras en los diferentes países como por el sinnúmero de las entradas de cada persona mencionada.

Los datos reconstruyen la historia de muchos humildes, pero también de muchos éxitos, en sectores tan diferentes como el comercio, la política, las artes y la actividad empresarial.

Debemos agradecer a Rita Bariatti su solicitud de llevar a cabo una nueva lectura de las relaciones existentes entre Italia y el istmo centroamericano en el año en el que se celebran los 150 años de la Unidad de Italia (1861-2011): aniversario que se conmemoró también con el concierto del 17 de marzo en el Teatro Nacional gracias a la Asociación de Mutuo Socorro. Véase: www.tutile1890

La doctora Bariatti nos recuerda que “los humildes han hecho una historia generalmente olvidada por los historiadores”. Sin embargo, cabe añadir que, de una manera muy rápida, muchos italianos se volvieron emprendedores.

En ese sentido, un ejemplo puede ser el mismo Giuseppe Garibaldi, quien, como se evidenciará en una próxima pequeña publicación, llegó a Nicaragua y muy probablemente a Costa Rica, ya no en su calidad de revolucionario y jefe militar, sino como empresario y comandante de marina.

No es este el sitio para detallar muchos asuntos, pero sí cabría recordar a algunos italianos, como lo ha hecho –aunque no para todos– el Premio Italia del Comité de los Italianos, otorgándoles galardones a sus descendientes. Véase:

www.comitescostarica.com

Hay personalidades relevantes, como De Benedictis, uno de los fundadores del turismo en Costa Rica; Musmanni, un panadero muy exitoso cuya marca comercial todos conocemos; el químico Giordani, fundador de la empresa Química Sur, que da empleo a miles de personas; el maestro de música Scaglioni, cuya influencia en su sector se recuerda; el arquitecto e ingeniero Albertazzi, quien nunca puso pie en una universidad; el ingeniero de ferrocarriles y garibaldino Colombari; el geólogo Dondoli; el otro ingeniero y arquitecto Bartorelli... Esto es mencionar solo a algunos italianos notables.

Por cierto, no es homogéneo el aporte de los italianos al desarrollo de América Central; o sea, el impacto de su presencia, que Rita Bariatti recuerda tan detalladamente. Esto está muy claro, pero su presencia y el modo de integrarse constituyen unos de los aspectos ineludibles, rasgos típicos de la inmigración italiana.

Ello significa que los italianos dan un notable aporte a la multiculturalidad. Por lo que se refiere a Costa Rica, la presencia italiana merece estudiarse en relación con el tema, inagotable, de la identidad nacional.

Rita Bariatti utiliza cuatro categorías para los tipos de inmigración: esporádica, en cadena, masiva y de colonización; tal vez podría añadirse una quinta, de tipo empresarial.

Puesto que Italianos en América Central se detiene poco después del segundo conflicto mundial, queda el espacio para estudiar los muchos casos de tiendas, empresas y talleres artesanos de italianos que llegaron y se establecieron en el país de forma exitosa.

Ojalá que se pueda dar continuación a los dos trabajos de Rita Bariatti: el primero, del 2001, Italianos en Costa Rica (1502-1952): De Cristóbal Colón a San Vito de Java (Editorial UACA, 2001), y el segundo, aquí comentado.

Otros historiadores podrían profundizar el tema del aporte italiano al desarrollo de Costa Rica y de América Central durante las últimas décadas. Esto sería el más merecido reconocimiento al inestimable valor de tan precioso trabajo.

El autor es embajador de Italia en Costa Rica.