Hallan posible pista del avión de Amelia Earhart

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Chile (El Mercurio). Después de décadas de búsqueda, un robot submarino encontró bajo el agua, en las cercanías de la isla de Nikumaroro, objetos manufacturados dispersos que podrían corresponder al avión que tripulaba la legendaria aviadora Amelia Earhart.

La isla forma parte de la pequeña nación de Kiribati, en medio del Pacífico, un área muy próxima a donde la aviadora hizo su última transmisión de radio.

Earhart, quien estaba por cumplir los 40 años, volaba con su copiloto Fred Noonan en la última etapa de un viaje alrededor del mundo sobre la línea ecuatorial, cuando su avión desapareció sin dejar rastros el 2 de julio de 1937.

Actualmente, tras el análisis, los investigadores “vieron en las imágenes elementos que podrían relacionarse a pedazos de un tren de aterrizaje”, dijo Richard Gillespie, director general de la décima expedición dedicada a buscar los restos del vuelo en 23 años.

“No podemos asegurar todavía que se trata del avión desaparecido , pero estamos en el lugar correcto. Si recobramos una pieza que sea indudablemente parte de un Lockheed Electra, es el único que podría estar cerca de aquí”.

El grupo de científicos cuenta con la asesoría de Robert Ballard, el mismo investigador que descubrió el hundimiento del Titanic en 1987.

“Alguna de las cosas podría ser un neumático, un guardabarros o una rueda”, reconoció.

“Es una etapa interesante, pero no queremos exagerar la importancia, tenemos que hacer otros análisis”.

La aviadora, que ostentaba varios récords, entre ellos el de ser la primera mujer en cruzar el Atlántico en avión, había despegado desde Papúa Nueva Guinea y se dirigía a la Isla Howland, al oeste de Hawai, para abastecerse de combustible antes de emprender un largo tramo final sobre el Pacífico hasta California.

Su más dramático mensaje de radio tuvo lugar a las 7:42 a. m.: “KHAQQ llamando al ‘Itasca’ (el buque guardacostas estadounidense que estaba en contacto con el avión). Debemos estar encima de ustedes, pero no los vemos... Ha sido imposible contactarlos por radio (ella no los escuchaba). El combustible se está agotando. Volamos a 1.000 pies”. Cuarenta minutos después el guardacostas recibió el último mensaje en el que la aviadora daba su posición. Se escuchaba en forma clara como si estuviera muy cerca, pero nada había en el cielo.

Se ha especulado infinidad de veces en torno al destino final de la aviadora. Algunos documentales de televisión insinuaron que había sido capturada por los japoneses y que incluso habría sido una de las “Rosas de Tokio”, la misteriosa mujer que a través de transmisiones radiales instaba a los estadounidenses a rendirse. Finalmente, se determinó que ninguna de las voces coincidía con la suya.