El musicólogo costarricense Gastón Fournier es el nuevo director artístico del Teatro Regio de Turín, una de las tres salas más importantes de Italia, la misma donde se estrenó La bohème , de Giacomo Puccini.
La designación se confirmó a finales del 2014. Antes de darle el sí a esta oportunidad el investigador analizó ofertas de otros teatros, incluso la posibilidad de ser embajador de Costa Rica en Italia.
Con esta nuevo logro el costarricense se anota un nuevo éxito a su carrera. Anteriormente a este puesto, Fournier era el coordinador artístico del teatro La Scala de Milán, donde tuvo la oportunidad de trabajar al lado de figuras de la talla de Daniel Barenboim.
Sobre esta designación y sus proyectos en este nuevo cargo, Viva conversó con él.
¿Cómo se da la oportunidad de dirigir el Teatro Regio?
Me trajo suerte el trabajo en La Scala, donde trabajé por siete años. Me llegaron dos propuestas al mismo tiempo: el presidente Luis Guillermo Solís me ofreció la embajada de Italia en Roma y paralelamente me llegó la oportunidad de trabajar como director artístico del Teatro Reggio. Este es uno de los tres teatros más importantes de Italia, es la primera vez que tengo la oportunidad de asumir una oportunidad así. Tener que escoger fue uno de los momentos más difíciles de mi vida, pero al final ganó la música.
¿Por qué escogió el arte antes que la política?
Me hubiera interesado muchísimo hacer el trabajo de embajador, pero mi pasión vital es la música. Yo escucho música desde que me despierto y hasta que me acuesto, además tengo 35 años de trabajar en este mundo. La posibilidad de dirigir un teatro me atraía muchísimo, además es la primera vez que un costarricense dirige un teatro en Italia.
¿Como describe su paso por La Scala de Milán?
Fue intenso e interesante. Profesionalmente crecí muchísimo. Es un teatro difícil todo el mundo tiene los ojos puestos en La Scala ya sea para alabar o para destruirlo porque tiene muchos rivales. Trabajar ahí fue un gran desafío, ahí trabajé con los artistas más prestigiosos del mundo de la ópera y fue muy bello. Además tuve la oportunidad de trabajar con Daniel Baremboim, una figura de clase mundial como pianista y director de orquesta.“En Turín será muy estimulante. es un teatro con una gran tradición histórica. La Scala se inauguró en 1778 y el Teatro real de Turín en 1740”
¿Qué planes tiene en esta en esta asignación?
Uno de los planes son la internacionalización del teatro. La orquesta del teatro y la ópera harán una gira por Estados Unidos, sin embargo creo que el teatro tiene mucho potencial para ir a más destinos. Por otra parte, el teatro hasta ahora ha tenido una programación demasiado cuidadosa, lo que ha hecho que tenga una programación más convencional, por lo que quisiera que al menos una vez al año se haga una ópera contemporánea.
” Además quiero que los directores teatrales sean los más importantes del momento. Otra cosa que aprendí en La Scala fue con las coproducciones. Ahí yo estaba encargado de buscar alianzas, gracias a eso trabajé con el Metropolitan, con el Royal Opera House, con la Ópera de Berlín, y la Ópera de París y eso es algo que quiero hacer en Turín porque hoy un teatro no se puede permitir hacer solo nuevas producciones. Son muy caras”
Sin embargo, hoy es necesario para los teatros ofrecer ciertos títulos taquilleros para garantizarse los ingresos.
Creo que es importante conquistar el publico, sobre todo el de los abonados porque es tu columna vertebral, pero es un asunto de equilibrio, al público hay que presentarle trabajos nuevos. Se trata de motivar al público, si no le explicas la belleza de la música contemporánea, van a preferir siempre Carmen y Don Giovanni .
¿Como atraerá al público joven a la sala?
Hay una crisis en estos momentos en el mundo de la ópera, primero, porque no se enseña la música en las escuelas. En Italia es increíble, en el país de la ópera no se enseña la música. ¿Cómo pueden pretender atraer a los jóvenes si no tienen una guía en las bellezas de este repertorio? El rock puede ser muy bueno, pero que es una gran competencia, porque la música juvenil está al alcance de cualquiera. A los jóvenes no se les enseña a amar la música clásica.
¿Mientras no haya ese cambio en los programas de educación qué se puede hacer?
En La Scala teníamos un programa llamado Under 30 (para menores de 30) era una propuesta dirigida a jóvenes de esa edad, cuando teníamos un grupo de ejecuciones de una ópera siempre una función era dedicada a ellos. En esas presentaciones las entradas eran más baratas, además antes del espectáculo un divulgador les explica detalles sobre ópera y ellos pueden ver el espectáculo y comprenderlo mejor. Si no se enseña a amar la gente nunca verá tus espectáculos.
¿Qué va a pasar con su trabajo de escritor con estas nuevas responsabilidades?
En La Scala de Milán tenía horarios fuertes, a veces salía a media noche y luego me iba a escribir a casa. Así me sucedió con mi más reciente libro sobre El anillo del Nibelungo , así que creo que podré continuar con mis proyectos sin problemas. Mi nuevo proyecto es un libro sobre Claudio Abbado, el que fuera el más grande director de orquesta viviente hasta el 2014.
Con tanto que hacer seguro no ha pensando en el retiro...
El contrato que acabo de firmar es por cinco años y yo tengo 67. Yo sigo gozándome la vida.