Estudio revela que estadounidenses se colocan desfibriladores inútilmente

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Washington (AFP). Los cardiólogos estadounidenses implantan desfibriladores en decenas de miles de pacientes que no lo necesitan, aumentando su riesgo de mortalidad sin contar el despilfarro financiero de este costoso procedimiento, reveló un estudio dado a conocer ayer.

Este aparato es implantado bajo la piel y produce un choque eléctrico que permite restablecer una contracción normal del corazón cuya fibrilación pone en peligro la vida de la persona.

De los 110.707 estadounidenses a los que les fue implantado un desfibrilador entre enero de 2006 y junio de 2009, el 22,5% no respondía a los criterios médicos establecidos para recibir este procedimiento. Así lo descubrieron los autores de un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos (JAMA por su sigla en inglés).

Sobre este porcentaje, 9.257 (36,8%) habían sufrido un infarto en los 40 días antes de la operación y 15.604 (62,1%) fueron diagnosticados con una insuficiencia cardíaca importante.

El riesgo de muerte de estos pacientes a causa de complicaciones postoperatorias fue 34% más importante que para los pacientes cuya instalación de un desfibrilador estaba justificada.

Varios ensayos clínicos demostraron la eficacia de estos desfibriladores para impedir un paro cardíaco potencialmente mortal entre enfermos con fallo ventricular avanzado, que afecta la contracción del corazón.

Pero los criterios médicos establecidos no recomiendan un desfibrilador para una prevención primaria en personas que se recuperan de un infarto, de un puente coronario o tienen síntomas de insuficiencia cardíaca grave, subrayó Sana Al-Khatib, médico del Instituto de investigación clínica de la Universidad Duke (Carolina del Norte), uno de los principales autores del estudio.

Según los investigadores, “es difícil saber en qué medida los médicos siguen estas recomendaciones en su práctica clínica diaria”.

Entre los casos del estudio, el 66,6% de las implantaciones de desfibriladores fueron hechas por electrofisiologistas, 24,8% por cardiólogos que no tienen esta especialidad, 2,6% por cirujanos especialistas en la caja toráxica y 6,1% por otros especialistas.

Los electrofisiologistas fueron quienes realizaron menos implantaciones inútiles comparado con el resto de los especialistas mencionados.

El procedimiento cuesta más de $35.000 en Estados Unidos, de los cuales 20.000 corresponden al desfibrilador.