El consumo excesivo de comida chatarra tiene enfermo, desde hace cuatro años, a un escolar de 11 años, quien incluso ya pasó por el quirófano del Hospital Nacional de Niños (HNN).
Según su madre, Alejandra Bonilla, el menor fue intervenido debido a un fecaloma (acumulación de heces que tapa el flujo normal del intestino), producto del estreñimiento crónico que le detectaron.
“Yo trabajo y por falta de tiempo le daba diariamente ¢700 que él gastaba en comida chatarra en la soda de la escuela, en la casa se alimentaba bien, pero cuando iba a estudiar gastaba su dinero en 'cochinadas'. Estos alimentos le provocaron un estreñimiento grave que le generó una distensión abdominal dolorosa”, dijo Bonilla.
De acuerdo con la madre, cuando su hijo entró a la escuela, tenía un peso normal, que comenzó a incrementarse desde el primer año.
“Yo acepto que parte de la culpa es mía por no estar pendiente del tipo de alimentos en que mi hijo gastaba dinero”, manifestó.
Ese reconocimiento lo hizo luego de que los doctores descubrieron que la enfermedad era resultado de la mala alimentación.
“Una dieta baja en verduras, frutas, vegetales y agua le pudieron provocar este cuadro grave de estreñimiento que se complicó por años de evolución sin tratamiento” confirmó Gabriela Jiménez, gastroenteróloga del HNN.
La especialista explicó que gran parte de las consultas en el servicio de Gastroenterología de este hospital se debe a cuadros de estreñimiento, reflujo y dolor abdominal a causa de malos hábitos al comer.
Ante esta dura experiencia, Alejandra Bonilla aplaudió la decisión del Ministerio de Educación de educar a los niños para que no “paguen caro” no saber alimentarse ya que en la escuela a los padres se les hace imposible monitorear qué comen sus hijos y si en las sodas de las escuelas les ofrecen comida sana, "eso es lo que van a comer".
“Quiero dar charlas a los padres en la escuela sobre el valor de vigilar la alimentación de los niños para que no se repita esta pesadilla en otro escolar ”, expresó Bonilla.