Pagar durante años un seguro de vida solo tiene sentido si se garantiza que, en caso de morir, el dinero llegue al cónyuge, a los hijos o a quienes haya escogido el dueño de la póliza.
“Mucha gente compra pólizas, y, a veces, los beneficiarios ni se enteran, principalmente ahora, con los ‘autoexpedibles’, que pueden adquirirse en una sucursal bancaria o hasta en supermercados”, expresa el superintendente del ramo, Tomás Soley.
Por esta razón, la Superintendencia General de Seguros (Sugese) elabora un registro que permitirá consultar, a partir de setiembre del 2014, quiénes disfrutarán de la suma convenida.
El objetivo de este sistema es que, en el caso de que la persona lo ignore, acceda al pago pues, si no fuese así, el dinero quedaría en las arcas de la aseguradora.
“Si una compañía cobra una prima periódica, y el cliente la paga puntualmente, no sería justo que esa indemnización no se suministre”, enfatiza el superintendente Soley.
¿Cómo funcionaría? Verificada la información, se debe acudir a la entidad para gestionar el pago.
Si el contrato no establecía beneficiarios, se comenzaría un estudio sucesorio para determinar quiénes podrán disfrutar la póliza.
Las aseguradoras están obligadas por ley a proveer la información actualizada de sus contratos a la Sugese, institución encargada de administrar el nuevo sistema.
Ese registro deberá entrar en funcionamiento en 18 meses como máximo, confirmó Silvia Canales, intendente del sector.
“Cuando hay seguridad jurídica, la gente se anima más a comprar seguros”, comenta Sonia Lecina, inspectora de la Dirección General de Seguros y Pensiones de España, donde funciona un registro adscrito del Ministerio de Justicia de ese país, similar al que se levanta en Costa Rica.