¿Por qué decidió escoger a Bruno Cezario y a Sandra Torijano como los dos coreógrafos de la primera temporada del año de la Compañía Nacional de Danza?
Con Sandra es para mí muy emotivo que ella haya querido trabajar con la Compañía. Ella es exbailarina muy querida de la agrupación y es la primera vez que hace un montaje con nosotros. Era algo que estábamos buscando desde hace tiempo, pero que hasta ahora se dio y me siento muy contenta por eso. Ella es como de la casa.
Con Bruno, siempre supe de su gran talento y ha sido realmente muy gratificante trabajar con él. Los bailarines han aprendido mucho de su técnica, de su manera de ser, de su coreografía.
¿Cómo ha visto a los bailarines en ambas puestas?
Muy bien. Trabajando durísimo; son obras muy difíciles, máxime al tratarse de temáticas tan distintas entre sí. Como bailarines siempre hay una obra que gusta más que otra, pero en ambas han trabajado fuerte y creo que están bastante contentos.
¿Cumplen las coreografías de estos artistas con las expectativas que la CND tiene para esta primera temporada del año?
Me parece que son dos excelentes trabajos, que tocan temáticas muy importantes. Los bailarines se ven muy bien y creo que sí se llenan las expectativas.
Son obras muy diferentes (a las de temporadas anteriores), por dicha. Si hay un sello que tiene la Compañía Nacional de Danza, ese es poder interpretar estilos diferentes en cada nueva temporada.
¿Existe mayor presión dentro de la CND, luego de venir de una temporada que fue reconocida con el Premio Nacional y el que le dio Viva ?
Nosotros no trabajamos para los premios. Claro, es bonito que reconozcan el trabajo duro que se hace siempre. Nuestro objetivo ahora es cada día estar mejor, como grupo y como intérpretes.
La presión, de repente, por ahí está, no lo vamos a negar.