En 20 años, 66 especies de aves desaparecieron de San José

Crecimiento urbano ha hecho que pájaros no lleguen a zonas de la capital

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Los nuevos residenciales, centros comerciales y complejos de oficinas hicieron que muchos pájaros dejasen de verse en San José.

Esta ausencia es todavía mayor en zonas más urbanas, como Montes de Oca y sus alrededores. En los últimos 20 años, de esta zona desaparecieron 66 especies de aves que eran comunes en la década de los 80.

Dentro de estas especies perdidas se encuentran varios tipos de colibrís, 30 aves migratorias terrestres y cuatro aves acuáticas.

Esa es la conclusión de un estudio hecho por biólogos de la Universidad de Costa Rica publicado en la revista Landscape Ecology.

“Con la construcción de nuevos edificios, incluso dentro de la Universidad de Costa Rica, se han cortado muchos árboles que daban de comer a esas aves”, explicó Luis Sandoval, uno de los investigadores.

“Muchas de estas otras aves eran de paso y utilizaban esta parte de la ciudad como conexión, pero con la urbanización se ha hecho un mosaico de zonas boscosas, sin conexión, y esto evita que las especies se desplacen como antes”, añadió.

El especialista agregó que las aves vuelan y podrían transportarse a otras áreas con vegetación, pero algunas tienen miedo de cruzar áreas muy abiertas y sin gran cantidad de árboles. Esto limita su movimiento.

La investigación. Este proyecto se basa en un análisis que había hecho en 1989 el biólogo estadounidense Gary Stiles.

Stiles contó las aves de los alrededores del campus de la Universidad de Costa Rica y de sitios aledaños, como la Ciudad de la Investigación, Instalaciones Deportivas y la reserva biológica cercana. Dicha investigación registró 188 diferentes especies de aves.

Con esta información, los biólogos decidieron hacer un estudio para determinar cómo había cambiado la urbanización de la zona las poblaciones de aves.

Durante año y medio, los investigadores recorrieron las mismas zonas que estudió Stiles y recopilaron la información de todas las aves que vieron.

Los científicos encontraron 143 especies de aves, de las cuales 18 eran nuevas; es decir, no aparecían en la investigación previa. Esto indica que no se registraron 66 especies de aves.

“Nosotros mismos lo vimos. Al principio de nuestra investigación, en el 2005, había muchos árboles más. Por ejemplo, en la Ciudad de la Investigación solo había dos edificios; ahora hay muchísimos más. Son muchas las aves que se han perdido en esta zona; por ejemplo, antes veíamos numerosas especies de colibrí, pero ahora solo hay tres”, manifestó Sandoval.

Las soluciones. Pese a que muchos pájaros no volvieron, el documento señala que aún hay esperanzas de que no desaparezcan otras especies voladoras o incluso de que algunas regresen.

“Solo el hecho de sembrar árboles alrededor de los ríos o quebradas ya genera un corredor, y esto podría hacer que algunas aves regresen”, dijo Sandoval.

El especialista señaló que las personas también pueden hacer de su hogar un lugar para que las aves lleguen.

“Muchos de los árboles de los que se alimentaban estos animales han desaparecido, pero, si los sembramos, podemos recuperar un poco de lo perdido. Si logramos sembrar guitites, damas, urucas o higuitos, veremos más aves a nuestro alrededor”, dijo Sandoval.