Ellas danzan en aguas de libertad

En familia El grupo Mujeres de Agua presentó ayer un emotivo show de danza-teatro, muy lejos de la cárcel, pero cerca de los que aman

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El nerviosismo reinaba ayer a ambos lados del telón. En los camerinos, una decena de mujeres privadas y exprivadas de libertad afinaban, temblorosas, los últimos detalles para su debut como bailarinas; en las butacas, cerca de 50 personas esperaban con ansias ver a sus hijas, madres y hermanas moverse sobre el escenario.

Yorleny Meza y las integrantes del grupo de teatro-danza Mujeres de Agua –del centro de atención integral El Buen Pastor– protagonizaron un show que, durante hora y media, les abrió las rejas de la cárcel y las llevó al mundo del arte.

Bajo la dirección de Ofir León, Amadeo Hidalgo y Natalia Durán, las nuevas actrices interpretaron las obras La Espera y Flores para todos. Aunque antes de salir a escena, León explicó que se trataba de un proceso de aprendizaje “no acabado”, las actrices dejaron claro que poseen grandes dosis de talento.

En pocos minutos, los nervios que inundaban el Teatro de la Danza, en San José, se disiparon para dar lugar al emotivo espectáculo, que fue la apertura del I Congreso Iberoamericano de Artes Escénicas y Visuales.

Abrazos. Al final de la función, la directora Ofir León pidió a sus muchachas que se sentaran sobre el escenario y, micrófono en mano, protagonizaran un breve foro sobre la experiencia. Aquella charla entre amigos fue lo más emotivo de la mañana. Mientras las artistas hablaban, algunos de sus familiares se les acercaron para compartir con ellas ese ratito de libertad.

“Para nosotros es un gran reto; hemos tenido poco tiempo para ensayar, pero sentimos una gran felicidad. Está en uno aprovechar las oportunidades o echarse para atrás, y nosotros seguiremos adelante hasta que Dios lo permita”, aseguró Graciela Madrigal, mientras las demás artistas se fundían en un abrazo con los suyos.

Las muestras de cariño se extendieron durante varios minutos, hasta que la separación se hizo impostergable y las “mujeres de agua” se marcharon custodiadas tras el telón del teatro.