El Topo: ¡Ay mi Tiquicia!

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La guerra de las ‘colas’ 2012 culminó, según una elección de la revista ‘TVyNovelas’ Costa Rica, con el triunfo de la modelo y empresaria Melissa Mora.  ¡Ah no, pero no se crean! La voluptuosa ramonense se tomó a pecho el honor y, al mejor estilo de Hollywood, hizo tremenda entrada triunfal a la hora de recibir su premio. 

Esto ocurrió durante la fiesta que esa publicación organizó en el restaurante Saquella, del Centro Comercial Paco, en Escazú . Ahí vimos a Melissa apertrechada dentro de su BMW durante un buen rato: la ojiverde se armó de paciencia y hasta que todos los demás invitados ingresaron, ella bajó del carro y no se hizo de rogar más: entró  enfundada en un vestido que parecía un chal (o un chal que parecía un vestido), full escote, minifalda y tacones, bella,

sonriente y escoltada por su hado padrino, el fortachón Bryan Ganoza, su novio actual.  Por cierto, en un arranque de contentera por la coronación de la colita de su mujer, Ganoza se puso generoso y destapó algunas botellas de Hypnotic, parte del premio que recibió su amada, y repartió entre los invitados... como si entre tanta colita aquello no estuviera ya entrado en calor.

El evento logró convocar a un grupo de faranduleros dispuestos a disfrutar además de la música de Erick León y la Jungla (¡qué buenísimos!), además de que contó con la participación especial de MR, los hijos de Ricardo Montaner, quienes interpretaron su éxito Hoy.

Lo que también nos dejó con el ojo cuadrado es que ahí se premiaron las mejores colitas de la fiesta  entre los invitados, y Tasha Hines (chica ‘SoHo’) ¡quedó empatada nada menos que con la periodista Maricruz Leiva! (ve vos).  Lo que sí no fue sorpresa fue la elección de Mauricio Hoffman como el mejor trasero entre los hombres.

En otro festolín  realizado en honor a los 40 años del grupo Marfil, se dieron algunos vinazos imposibles de obviar, sin que estos le robaran el show, eso sí, a la sentida celebración del legendario grupo nacional.  Y es que tras una sonada y escandalosa ruptura en febrero pasado, el exdiputado Óscar López y líder del PASE, oficializó su reconciliación con la empresaria Ivonne Rojas.  Pero no todo fueron miel sobre hojuelas en la mencionada fiesta, pues a uno de los invitados top, Wálter Paté Centeno, se le desfiguró el rostro cuando vio ingresar al lugar al conocido periodista de espectáculos Ariel Chaves. Los presentes nos quedamos fríos ante el inminente encuentro, pues el futbolista tuvo tremendo entrevero público con Ariel hace unas semanas, debido a ciertas publicaciones, y aquello quedó  más colorado  que pleito’e machetes. Sin embargo, para el alivio general, Centeno optó por abandonar la fiesta y, quienes querían circo, se tuvieron que atipar de queque.

Al que es tonto, dicen,  ni Dios lo quiere y de “babosa” la presentadora Thelma Darkings no tiene, literalmente, ni un pelo.  Ella llegó el sábado antepasado a Pedregal a disfrutar del Pepsi Evolución Vox y, como sabía que la cosa iba para largo, llegó con su sillita plegable:  mientras todo el mundo pasó nueve horas de pie o tirado en el suelo, ella fue la envidia del resto, bien sentadota en su silla.  ¡Ay carajo!

Como la émula de Heidi...  Así vimos este lunes a Paula Brenes, mientras presentaba el noticiero Hoy, de canal 9. Ella apareció con un maquillaje “atomatado”, con dos tremebundas rodajas rosadas. Paulita es muy linda, más ahora que se quitó los frenillos, pero esos parches se le veían atroces.

¿Será que Jerry Alfaro  y Laura Iglesias, de Repretel, no consumen gota de espectáculos de Hollywood? Solo así se entiende que sigan pronunciando el apellido de Kim y legión con acento en la última sílaba: siempre dicen “Kardashián” y no solo no procede, sino que se oye horrible.

Pablo Antonio Gabas  puede haberse nacionalizado costarricense, pero sigue siendo tan argentino como Borges y la Casa Rosada. Si no me creen, pregúntenle a los asistentes al recién pasado concierto de Fito Paéz, El Amor después del amor – XX años después . El capitán rojinegro cantó una y cada una de las canciones del rosarino con la misma pasión que las habría cantado hace 20 años cuando el disco del mismo nombre salió a la venta. Lo vimos ponerse triste en las escenas en las que aparecieron Mercedes Sosa y recién desaparecido prócer del rock argentino, Luis Alberto Spinetta.

Lo hemos comentado  varias veces y el fin de semana anterior lo confirmamos ¡los integrantes de Pelando el Ojo están solos! Sus presentaciones en el Melico Salazar a teatro lleno y las carcajadas que provocaron entre el público lo confirman. Ya Norval Calvo y sus compañeros se la creen un poco más han logrado pasar en forma brillante de un ambiente controlado, como una cabina de radio, a un escenario emblemático como nuestro teatro popular. Calvo, como director, marco la pauta con sus imitaciones y caracterizaciones. Natalia Monge denota su escuela artística y su talento nato y belleza, pues no solo imita sino también canta, baila y actúa. Grata sorpresa nos encontramos con Antonio “Toño” Hernández, tal vez uno de los que tienen menor experiencia sobre las tablas, pero que con su imagen e improvisación causa el mejor efecto hilarante. Sus imitaciones de  Porcionzón (“Porcinón”) y Gorgojo son exactas, puntuales, y sus bailes y movimientos de panza, igualitas a las de los originales, son de lujo. Mino Padilla y Mila Montero, logran con sus personajes participaciones más pequeñas, pero igual de bien recibidas. Cristian Hernández cumple también como buen animador y llevar el hilo y guion de este grupo de figuras, tiene su gran mérito.

Punto aparte  merece Roque Ramírez, quien de forma muy atinada fue el encargado de romper el hielo e interactuar con el público. Doña Merry es ya uno de los personajes más queridos del  público, y su imitación de David Bisbal, causó minutos interminables de risas.

Con más recursos   y apoyo, no dudamos que estos shows marcarán toda una era en el humor nacional. Adquirir más experiencia y un montaje más pretencioso son metas a cumplir a muy corto plazo. Pero lo logrado por este grupo de artistas es digno de resaltar y la alegría del público al saludarlos y querer tomarse fotos con ellos,  es fiel resultado de eso.