El secreto poder de las nueces

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Cuando se tiene sobrepeso, exceso de grasa abdominal, presión arterial alta y elevados niveles de colesterol –una condición bautizada por la medicina como síndrome metabólico– se está solo a un paso de desarrollar enfermedades como la diabetes tipo 2 y los males cardiovasculares.

En esa situación, la primera indicación del médico es hacer dieta y ejercicio para revertir el síndrome y evitar llegar a padecer esas complicadas enfermedades.

Si acatamos la orden del doctor, lo primero que hacemos es tratar de eliminar del diario menú los alimentos que más nos engordan.

Bajo ese razonamiento, eliminar las nueces (que en una onza, la ración idónea por día, nos entrega entre 160 y 200 calorías) parece ser una buena idea.

Sin embargo, no lo es. Para las personas con exceso de grasa abdominal, niveles altos de colesterol e hipertensión, el consumo de una ración de nueces al día –acompañado de una dieta balanceada y ejercicio– puede más bien ayudar a revertir los efectos del síndrome metabólico.

Al menos así lo demuestra un interesante estudio realizado por un equipo de científicos españoles, publicado en la última edición de la revista Journal of Proteome Research .

Los científicos, liderados por Cristina Andrés-Lacueva, investigadora de la Universidad de Barcelona, evaluaron el efecto de las nueces en el metabolismo de pacientes con el síndrome. Las pruebas las hicieron al analizar las proteínas presentes en la orina de estas personas.

En su estudio participaron 42 personas con síndrome metabólico que fueron ubicadas en dos grupos.

A los integrantes de ambos grupos se les indicó que siguieran, a lo largo de 12 semanas, una dieta rica en frutas y vegetales, baja en grasas saturadas, que comieran principalmente carnes blancas y pescado al menos dos veces por semana.

La diferencia entre ambos grupos fue que a uno se le indicó que dentro de su alimentación diaria debía incluir 30 gramos de una mezcla de nueces, almendras y avellanas, mientras que al otro se le dio la orden de evitar comer cualquier tipo de nuez.

Los análisis proteómicos de la orina de los participantes mostraron la interesante variación que las nueces, cargadas de antioxidantes y grasas saludables, lograron hacer en los metabolismos de los participantes.

En aquellos que comieron nueces a lo largo de las 12 semanas de la intervención se encontró más eliminación de grasas insaturadas en su orina.

También se halló un aumento de metabolitos microbianos y antioxidantes que, por resultados de estudios anteriores, se sospecha que juegan un importante papel en la disminución de los procesos de inflamación arterial.

Sin embargo, el resultado inesperado del estudio fue que en la orina de los pacientes que consumieron nueces se encontró marcadores que revelaron una presencia elevada de serotonina.

La serotonina es un neurotransmisor que nos hace sentir más felices, mejora la salud de nuestro corazón y, además, disminuye la sensación de hambre.

Por todo esto, parece que no es mala idea incluir una pequeña porción de nueces en nuestra dieta cada día.

El secreto está en solo comer esos 30 gramos recomendados al día y no más. De lo contrario, el exceso de calorías de las nueces nos podría pasar una incómoda y gorda factura.