“El Reino del Revés”

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Frescura es la que exhala, todavía, esa canción de hace medio siglo casi, de la ahora octogenaria María Elena Walsh:

Me dijeron que en el Reino del Revésnada el pájaro y vuela el pez,que los gatos no hacen miau y dicen yesporque estudian mucho inglés.

Pues no tan creativa resulta la realidad en San Pedro de Montes de Oca. Hace pocos días, la muerte de “un conocido maleante” a 150 metros del Banco Popular causó una no tan sorpresiva, pero repulsiva, reacción de “una rata menos”.

En este sector, lleno de muchachada que debería aprender a partir de modelos históricos y artísticos de vida, la realidad les enseña otra cosa. En la esquina frente a las oficinas del INS y en las callecitas hacia el Colegio Vargas Calvo, el clásico panorama es ver “conocidos” que perdieron la batalla por la vida, por lo menos el espíritu de lucha. Desde hace años, vagabundos, alcoholizados e indigentes de toda ralea se concentran por allí “educando” a los jóvenes.

Ese loquito joven, cerca de la bomba, hace un año dormía regularmente en nuestra calle. Ahora, qué lástima, ya resulta irrecuperable por el efecto de las drogas. Para él, “un año dura un mes”, como en la canción citada. Hace unos días, dos claros balazos nos alertaron, allí donde, a pesar de todo, preferimos las estridencias del tren. Es decir, todo está al berre.

Pero olvidémonos de la triste realidad. La cancioncita pegajosa de Maria Elena Walch describe alegremente un mundo todo patas para arriba cuando afirma:

Me dijeron que en el Reino del Revésnadie baila con los pies,que un ladrón es vigilante y otro es juezy que dos y dos son tres.

Ahora bien, en este matutino del 27 de enero, con criterio técnico afirma Erick Calderón, jefe de la Policía de Montes de Oca (') que “en la calle 3 se registran el 40 % de los actos delictivos de todo el cantón”. Sigue el análisis: “la situación es muy conflictiva ('). Solo en la Calle 3 hay seis bares y en las aledañas, donde hay unos cinco más, es común la venta de drogas, según la Policí”. ¡Qué aguafiestas ese oficial!

Pero maravilla: ahora “en los primeros 100 metros de calle” se instalaron una “lámparas (') costeadas por los comerciantes de la zona”. Aplauso, por favor, porque además, de cuando en vez, por allí pasean dos policías en bicicleta.

Maria Elena Walch interpretaría que esta situación local, puede que esté bien en derecho pero no está a derecho. Que todo puede ser legal pero nada legítimo. En cambio, para sus detractores, ella, zurda y, para peor, de izquierda' invierte el orden establecido, el progreso palpable.

Sigamos entonces, sin más, divirtiéndonos con esa vieja loca y sus cancioncillas infantiles:

Me dijeron que en el Reino del Revéshay un perro pequinésque se cae para arriba y una vezno pudo bajar después.

Ella, muy tonta, parece opinar que es mejor evitar las causas que no lamentar las consecuencias y que cabe hacerlo a tiempo. Más vale prevenir antes de curar, ya lo dijo el borrachín de la esquina. Pero claro, vieja, forastera y artista evasiva como todos esos cantantes locos, ¡qué va a entender de nuestra realidad y qué lecciones nos puede dar!