En algunos casos, como hemos notado en nuestro medio, las personas que predican la honradez no actúan dando el ejemplo... La siguiente historia refleja lo que afirmamos.
Una entidad bancaria ha mandado a acuñar monedas que han sido entregadas en 8 sacos idénticos con la misma cantidad de monedas. Todas las monedas son también idénticas y pesan, cada una, exactamente 10 gramos.
Un empleado de la entidad ha determinado la cantidad de monedas que van en cada saco, pero ha sustituido uno de los estos por otro cuyas monedas son falsas.
Después de descubrir quién fue el culpable de tal robo, nadie, ni el delincuente, reconocía cuál era el saco que tenía las monedas falsas.
El detective Ribera ha sido asignado al caso para probar su pericia. Se le ha encomendado resolverlo usando, por una única vez, una balanza que se tiene disponible, y sabiendo que cada moneda falsa pesa un gramo menos que las monedas legítimas.
Dichosamente, el detective Ribera fue preparado en temas de lógica y resolvió el problema en menos de un minuto. ¿Podría usted demostrar cómo se descubrió este misterio?
Nota : Para la solución del problema no se involucre el saco que fue robado.
Solución
El detective enumeró los sacos del 1 al 8. Tomó una moneda del primer saco, dos monedas del segundo, tres monedas del tercero, y así sucesivamente hasta coger ocho monedas del octavo saco.
De esa forma tendremos 36 monedas. Luego, el detective Ribera procedió a pesarlas.
Si todas las monedas fuesen auténticas, pesarían 360 gramos, pero sabemos que hay algunas falsas y, por tanto, el peso debe ser menor que 360 gramos.
Si pesan 359 gramos, el saco 1 contiene las falsas; si pesan 358 gramos, el saco 2 contiene las falsas, y así sucesivamente.