El gallo pinto se hizo galleta

Dentro poco, los niños en los recreos podrán comprar como merienda galletas de gallo pinto, o Pinticas, preparadas a base de arroz y frijoles. La producción estará a cargo de un grupo de campesinas, quienes también cosecharán los granos para este curioso producto.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Galletas de gallo pinto, o Pinticas, si lo prefiere. ¿Se las imagina? Los creadores de este singular producto garantizan no solo su alto valor nutritivo. También dan fe del delicioso gusto que se siente apenas empieza a crugir un pedacito de esa galleta dentro de la boca.

Preocupados por el bajo consumo de frijoles en el país, los especialistas del Centro Nacional de Ciencia y Tecnología de Alimentos (CITA) –institución que depende de la Universidad de Costa Rica (UCR), el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Ministerio de Ciencia y Tecnología– crearon una golosina dulce a partir de arroz y frijoles.

La pinta de las Pinticas semeja a una galleta con chispas de chocolate. Pero no. En este caso, se trata de cascaritas de frijol. La dulzura de su sabor no delata al arroz y a los frijoles que sirvieron como base para la receta.

Esta galleta es resultado de una década de trabajo en el CITA, donde los especialistas se han enfocado en estudiar ese grano.

Con el apoyo de estudiantes de la Escuela de Nutrición de la UCR, el CITA ha desarrollado varios productos con frijol: queques, pastas, hojuelas (chips), galletas de frijoles con trigo y galletas de frijoles con arroz.

Ana Ruth Bonilla describe al frijol como “un alimento funcional”, pues su consumo ayuda a prevenir muchas enfermedades. Bonilla es doctora en química de alimentos y coordina el proceso de investigación en el CITA.

La incursión del nuevo producto tiene el apoyo del Consejo Nacional de Rectores (Conare), órgano que reúne a los rectores de las universidades públicas del país. Este cuerpo colegiado decidió dejar en manos de mujeres campesinas el desarrollo de estas galletas.

Las mujeres proveerán el arroz y los frijoles y, al mismo tiempo, hornearán, venderán y recibirán los beneficios económicos de las nuevas galletas.

Se le ve futuro

Aunque los ticos estamos más acostumbrados a disfrutar del gallo pinto en su forma tradicional –como plato salado, arreglado con “olores” y condimentos– , tampoco nos es del todo desconocido el sabor dulce de un arroz con leche.

Por eso, los creadores de las Pinticas confían en el éxito que el nuevo producto pueda tener en el mercado.

El frijol –explica Bonilla– es un alimento de lenta digestión que, contrario a comer pan blanco, provoca una mayor sensación de llenura.

Esa es una ventaja nutricional que explotan las Pinticas las cuales, lejos de favorecer la obesidad, permitirán a la población controlar la gordura y disminuir el riesgo de padecer enfermedades del corazón y del aparato circulatorio, como la presión alta.

En el CITA han encontrado que, entre más se consume frijoles, menor es el riesgo de padecer diferentes tipos de cáncer, como el que afecta el colon, la próstata y la mama.

Uno de los objetivos del nuevo producto es recuperar el consumo de frijoles en el país. Un estudio de la Escuela de Nutrición de la UCR, descubrió que los ticos comen 35% menos de este grano que hace 45 años.

Aparentemente, el tiempo de preparación de una olla de frijoles hace que la gente –ajetreada por el apresurado ritmo de vida de la actualidad– no los quiera cocinar. En consecuencia, comen menos frijoles, dijo Bonilla.

Ya todo está preparado para que las galletas de gallo pinto salgan al mercado, a partir del próximo año. Incluso, un estudio de mercado de la Escuela de Nutrición, que encontró una gran aceptación entre los niños que las probaron.

Los niños serán el principal mercado de las Pinticas. La galletas lucen bronceadas y no son más grandes que una moneda de ¢50. Son dulces y tienen un gusto a canela. Para quienes las prueben, será un un dulce reencuentro con un viejo conocido en las mesas de los costarricenses.