El exceso de estrés nos hace olvidadizos

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Para nadie es un secreto de que vivir con estrés constante nos pone en riesgo, a largo o mediano plazo, de sufrir enfermedades cardiacas o padecer trastornos emocionales, como la depresión.

Sin embargo, los costos de estar sumergido en demasiadas responsabilidades y exigencias que nos llevan a estar en constante estrés, pueden ser más inmediatos: nos pueden hacer más olvidadizos.

Usted probablemente lo ha sentido: cuando está dentro de un torbellino de estrés, esos períodos en los que las demandas del trabajo y la familia lo desbordan, no solo se vuelve más irritable, sino que no puede pensar con tanta claridad, y cosas que normalmente no hubiera olvidado, se borran por completo de su mente.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York, en Buffalo, con ayuda de unas ratas de laboratorio, encontró la raíz cerebral de ese olvido y falta de claridad: el estrés hace que las neuronas se comuniquen menos en nuestra corteza prefrontal, el sitio donde se toman las decisiones, se resuelven los problemas y se administra la memoria de corto plazo.

La caída de comunicación o sinapsis entre las neuronas se da por una disminución de receptores de glutamato, el neurotransmisor más abundante en nuestro cerebro y que, entre otras funciones, manda una señal de alerta a las neuronas a fin de que estén listas para actuar, y también tiene un rol fundamental en las funciones de aprender y recordar.

Para llegar a esa conclusión, el equipo de investigadores, dirigidos por Zhen Yan, tomó un grupo de ratas y las sometió a situaciones de estrés prolongado, como estar en espacios muy peque-ños, y luego a pruebas de memoria que consistían en el reconocimiento de objetos.

Tal como esperaban, las ratas sometidas a estrés constante mostraron tener una memoria reducida.

Pese a haber estado expuestas a los objetos de las pruebas en situaciones anteriores, las ratas los examinaban como si fuera la primera vez que los veían.

Luego, los científicos examinaron la presencia de neurotransmisores en los cerebros de las ratas estresadas y hallaron la disminución de receptores de glutama-to en las neuronas en la corteza prefrontal de los roedores.

El estudio, cuyos resultados se publicaron recientemente en la revista Neuron , además de dar una explicación a por qué el estrés constante nos hace olvidadizos, también traza un camino de investigación para terapias que puedan ayudar a personas con estrés crónico.

La meta sería poder restablecer la cantidad normal de receptores de glutamato en la corteza prefrontal de estos individuos.

dponchner@nacion.com