Nuevo amor. En los últimos meses, la tele despierta otro sabor, tiene una nueva gratificación, como un nuevo amor. Gracias a las redes sociales, los medios ticos convierten al televidente en participante y ambos se acoplan de manera casi natural en las nuevas danzas de producción.
El último estudio informal sobre los nuevos medios sociales concluye que la sensación causada es equivalente a la de estar enamorados: un poco de confianza, una cucharada de empatía y un toque de generosidad. ¡Buenísimo! ¿No les parece? Un gran ejemplo de esa relación sucedió con Nace una Estrella , de canal 7. Más de 200 personas colgaron videos en las redes y los jueces votaron. Así, una muchacha saltó de cantar en su casa en Paquera a una presentación en la gran final para interpretar Vive, de Laura Pausini. Nada mal para alguien que apenas había venido a San José solo una vez. Otro ejemplo es la comunidad alrededor del Mundial en Teletica Deportes . Es muy dinámica, es divertida y los fans están seducidos por los juegos de preguntas, los pronósticos y las informaciones curiosas. Los programas sin Facebook están como sin novia: los ticos quieren enamorarse de la tele otra vez. Buen Día , en canal 7, ya superó los 37.000 fans; y Noticias Repretel , de canal 6, casi cuenta con 10.000 seguidores. Esos son los programas más exitosos, por canal, en el faceboom .Internacionalmente, en mercados más desarrollados, se dice que la tele y las redes rivalizan. Hace unos días, el presidente de CNN, Estados Unidos, Jonathan Klein dijo que a la cadena de noticias le preocupa más Facebook que Fox News. Al gigante de las noticias lo asustan las redes sociales por la fuerza de la proximidad. En Facebook, las personas dependen de sus amigos como fuente informativa. ¿Podría ocurrir lo mismo en nuestro país? La palabra clave es confianza. Por ahora, en nuestro pequeño mundo, la tele recupera la confianza del televidente incorporándolos a sus dinámicas. Sin embargo, todo cambia muy rápido. Y quien se duerma puede despertar corriente abajo.Para la tele, hay otro peligro inminente. Los jovencitos huyen de las redes sociales con la misma fuerza con la que llegan los adultos. Twitter y Facebook están envejeciendo, y los jóvenes se van hacia el teléfono celular. Las televisoras deben migrar a pantalla chiquititica. Y esto apenas comienza.