El efecto de la economía en la salud

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Una crisis económica, como la vivida en el 2008, tiene un efecto en las billeteras de todos: unos ganan, muchos pierden.

Sin embargo, más allá de las balanzas comerciales de los países y las finanzas personales de los ciudadanos del mundo, ¿qué efecto puede tener una situación como esta en la salud?

Según un equipo de investigadores japoneses, liderados por Koji Wada, de la Universidad Kitasato, aquellos que se encuentran en puestos gerenciales y profesionales pueden pagar un precio muy caro en el medio de una crisis económica: pueden encontrar una muerte más temprana.

Claro, eso solo si sucede lo mismo que ha ocurrido en Japón, tal como revela su estudio, publicado en el British Medical Journal .

Los japoneses tienen una gran esperanza de vida al nacer; por ejemplo, las mujeres japonesas ostentan la mejor esperanza de vida al nacer de todo el planeta. Esa buena salud se puede deber, en parte, a la dieta de los japoneses, al hecho que todo ciudadano tiene acceso a servicios de salud y a que, después de la crisis económica vivida tras Segunda Guerra Mundial, el país experimentó un proceso de crecimiento económico acelerado.

Sin embargo, ese crecimiento se topó contra una pared en los años 90 y empezó a caer, situación que empeoró con la crisis económica asiática de 1998. En esos años, por primera vez desde la posguerra, la economía japonesa empezó a mostrar decrecimiento.

¿Qué efecto tuvo ese golpe económico en la salud de los hombres japoneses? Para contestar esa pregunta, los investigadores estudiaron las tasas de mortalidad en hombres entre los 30 y los 59 años de edad, desde 1980 hasta el 2005.

En específico, analizaron las tasas de mortalidad de las cinco principales causas de muerte entre los japoneses, que, citadas en orden, son: cáncer, enfermedad cerebrovascular, enfermedad isquémica cardíaca, accidentes y suicidios.

Entre 1980 y el 2005, hubo un constante decrecimiento de las tasas de mortalidad de las cuatro principales causas de muerte en toda la población, salvo en los hombres con trabajos gerenciales y profesionales; en ellos, desde 1990 se empezó a dar más bien un incremento.

En cuanto a los suicidios, su incidencia creció rápidamente desde finales de los años 90, con una mayor incidencia entre gerentes y profesionales.

Los científicos, tras analizar las defunciones entre 1980 y el 2005, encontraron que aquellos con trabajos de gerencia y profesionales tenían 1,7 veces más probabilidades de morir antes de los 60 años de edad, que aquellos en trabajos en el campo de las ventas, servicios religiosos, agricultura, transporte, servicios, seguridad o la producción.

Según Wada, los altos niveles de estrés, los malos estilos de vida (dejar de lado el ejercicio, la buena alimentación y suficientes horas de sueño) y el descuido en la salud al no ir al médico, son los posibles responsables de ese incremento en muertes entre los ejecutivos japoneses.

Si bien la cultura japonesa es distinta a la occidental, la lección de ese país no debe dejarse pasar: por más presión laboral que exista, es importante lograr un balance y no dejar ir la salud.