¿El CNP? Sí, existe

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En 1991 comenzó la historia de la venta del plantel, sede central, del Consejo Nacional de Producción (CNP). Hoy, 22 años después, se concreta la venta del terreno de 22.000 metros cuadrados al BCR.

Estos 22 años parecen un buen récord para Costa Rica si se considera que nos tomó cuatro décadas concretar la carretera a Caldera. Lo que no debe dejar de causar asombro es que el CNP aún exista y que este Gobierno, al igual que los seis anteriores, mantenga la idea de dar respiración artificial a una institución pública que, como otras, dejó de tener sentido. El CNP busca un edificio para alquilar durante dos años y, mientras tanto, construirá una nueva sede. Así que, sí, el CNP existe y seguirá vivo.

La Misión del CNP, en su página en Internet, es de antología: “Institución del sector público agropecuario que apoya la generación de valor agregado, mediante la prestación de bienes y servicios definidos en la normativa vigente que promueven la competitividad y sostenibilidad de las actividades productivas y pudiendo intervenir en el mercado para garantizar la seguridad alimentaria, con la finalidad de beneficiar a los productores y consumidores. Asimismo produce y comercializa alcoholes y bebidas alcohólicas destiladas con estándares de calidad”. ¡Asombroso!

El susto es mayor: ¡El CNP tiene Visión! Para eso es que requiere el edificio, para darle forma a esa aspiración de una entidad que hemos cuestionado durante más de dos décadas.

Una diferencia, digamos semántica, es que ayer las pérdidas del CNP se financiaban con transferencias del Presupuesto Nacional y con emisión inorgánica (la maquinita del Banco Central imprimiendo billetes). Con inflación y con impuestos, la mayoría de los costarricenses pagábamos los subsidios que recibían algunos. Hoy, en cambio, se financia con la venta de licor que realiza la Fábrica Nacional de Licores (Fanal) y el Programa de Abastecimiento. Agregaría que, además, los ¢6.300 millones de la venta del plantel darían buen oxígeno (aunque qué bien le caería ese dinero a la red de cuido o a programas de salud).

La diferencia es semántica porque, finalmente, tanto hace 20 años como hoy, se trata de lo mismo: se socializan las pérdidas. Esta historia de reestructuraciones, déficits, subsidios y noticias repetitivas en el CNP es lamentable. No se vale.