Enterrar, quemar y tirar la basura en lotes y ríos todavía es una práctica común para cerca del 17% de las viviendas costarricenses, de acuerdo con cifras del Censo 2011, publicadas ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En este grupo, la manera más común de disponer los desechos es la quema (10,3%) o arrojar la basura en lotes baldíos (5,1%). El resto de las casas del país reciben el servicio de recolección de basura con camión (un 83,4%).
Según cifras del estudio, algunas casas individuales y los tugurios son los tipos de vivienda que hacen mayor uso de vías alternativas para eliminar desechos.
Al separar este información en viviendas rurales y urbanas, se evidencia la carencia del servicio recolector en buena parte de las áreas fueras de la ciudad.
En los sectores urbanos, la eliminación de los desechos sólidos con métodos alternativos, es de un 4%, mientras en las zonas rurales llega a un 51,7%.
Legislación. Desde febrero del 2011 rige en el país el Reglamento sobre el Manejo de Residuos Sólidos Ordinarios, donde se establecen las prohibiciones para la eliminación de basura.
Precisamente, en los artículos 62,64 y 67 de esta normativa se ubican las prohibiciones para botar residuos en lotes y ríos, así como quemarlos o enterrarlos.
De acuerdo con las disposiciones, las personas que incumplan con las reglas serán denunciadas en los Tribunales.
Daisy Corrales, ministra de Salud, comentó que durante el último año se han publicado los reglamentos específicos para los diferentes tipos de residuos y se ha dado capacitación a las municipalidades para la recolección.
Según la funcionaria, los gobiernos locales reclaman que tienen pocos recursos para dar mejor tratamiento a los desechos sólidos. Por este motivo se incorporará una partida para ese rubro en el próximo presupuesto ordinario.
La jerarca comentó el caso de Santa Cruz, Guanacaste, donde hay botaderos clandestinos. Según el Censo, en este cantón un 36% de las casas quema la basura.
Cuando se trata de separar los desechos sólidos, de las 1,2 millones de viviendas del país, un 41% separa los residuos de plástico, vidrio y aluminio; un 35% lo hace con el papel y cerca del 39% lo hace con los restos de comida.