EE.UU acepta el riesgo de bajas en la lucha contra Abu Sayyaf

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Zamboanga (Filipinas). Estados Unidos admitió hoy el riesgo de que pueda morir alguno de los 660 militares que desplegará en Filipinas para entrenar y asesorar al Ejército filipino en la lucha contra Abu Sayyaf.

"Los soldados estadounidenses entrarán donde pueden caer heridos o muertos si atacan los enemigos filipinos (Abu Sayyaf). Su trabajo consiste en impedir que eso ocurra, pero reconocemos que existe el peligro", dijo el general Donald Wurster, jefe de las Operaciones de las Fuerzas Especiales de EEUU del Mando del Pacífico, en una rueda de prensa en Zamboanga, a unos 890 kilómetros al sur de Manila.

"Todo comandante acepta el riesgo de sufrir bajas, asume contingencias en las situaciones peligrosas para cumplir la misión", añadió Wurster, quien llegó a Zamboanga desde Hawai (EEUU) para explicar la presencia de sus hombres allí, algo que ha provocado un encendido debate en el país y ha despertado reminiscencias de la guerra filipino-americana, que ayer cumplió su 103 aniversario.

Estados Unidos desplegará 660 efectivos en Filipinas durante unos ejercicios con el Ejército filipino destinados a terminar con Abu Sayyaf, grupo que Washington vincula con Al Qaeda (La base), la organización terrorista que dirige Osama Bin Laden.

Unos 160 miembros de las Fuerzas Especiales de EEUU entrarán en el baluarte de Abu Sayyaf, la isla de Basilan, a unos 920 kilómetros al sur de Manila, frente a la costa de Zamboanga.

La función de las tropas extranjeras excluye el combate y se limita a entrenar y asesorar a los soldados filipinos para derrotar a Abu Sayyaf, pero irán armados, se adentrarán en territorio enemigo y podrán disparar en defensa propia.

Wurster precisó que su misión es "proveer la comunicación y la información que permita a los comandantes de las tropas desplegadas en el terreno conocer qué ocurre a su alrededor".

Abu Sayyaf, un grupo que fundaron en 1991 unos ex combatientes de la guerra de Afganistán contra la desaparecida Unión Soviética, se encuentra dividido en pequeñas células repartidas por todo Mindanao, principalmente en las vecinas islas de Basilan y Joló.

Uno de los grupos mantiene secuestrados en Basilan desde hace más de ocho meses al matrimonio de misioneros estadounidenses formado por Martin y Gracia Burnham, además de a una enfermera filipina.

Esta semana se difundía por los medios locales un supuesto comunicado de Abu Sayyaf en el que insistía en el pago de dos millones de dólares por la liberación de los Burnham.

"El rescate sanos y salvos y pronto de los Burnham es fundamental, es una de las razones de nuestra presencia aquí (en Filipinas)", señaló Wurster, aunque precisó que su liberación "es responsabilidad del Gobierno de Filipinas".

Por su parte, la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, aseguró hoy que las voces críticas contra la presencia militar estadounidense en el país eran cada vez menos y que Abu Sayyaf "tiene sus días contados".

Sin embargo, continúan las demostraciones antiestadounidenses frente a la Embajada de ese país en Manila, aunque nunca han conseguido un elevado número de participantes, en torno a un centenar de personas.

Otros críticos, como el gobernador de Mindanao Occidental, Paulino Ersando, y el abogado Lim Paulino, ex presidente de esa región, recurrieron esta semana al Tribunal Supremo para que detenga las maniobras militares.

Pero Macapagal Arroyo no le dio hoy importancia al asunto y dijo que confía en que la Alta Magistratura favorezca al Gobierno en su dictamen, "porque estamos haciendo lo correcto".

Los Gobiernos de Washington y Manila han descrito estos ejercicios militares conjuntos, que comenzaron la semana pasada y durarán seis meses, como el siguiente paso en la lucha contra el terrorismo internacional tras Afganistán.

Edición periodística: Adriana Quirós Robinson, Editora nacion.com Fuente: agencias.