Diagnóstico en una gota de sangre

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Los avances de la medicina permiten que una madre portadora del virus del sida, con el adecuado tratamiento, no le transmita el virus a su hijo en gestación; un tratamiento con penicilina, por su parte, evita que se generen terribles malformaciones en el niño que lleva en su vientre una mujer enferma de sífilis.

Sin embargo, en las regiones más pobres del planeta, esos bebés no llegan a beneficiarse de tales avances médicos no por la ausencia de fármacos, sino porque las mujeres desconocen su condición: la falta de centros médicos impide que se les hagan las pruebas necesarias para los diagnósticos.

Uniendo los avances de la nanotecnología y los conocimientos de la bioquímica, el ingeniero biomédico Samuel K. Sia –investigador de la Universidad de Columbia y considerado por la NASA como uno de los diez grandes innovadores en el campo de la salud– creó un laboratorio en un chip que cambiará eso: su invento permite realizar diagnósticos del virus del sida y la sífilis en unos 20 minutos y con solo tomar una gota de sangre de la persona.

El chip puede diagnosticar tanto el VIH como la sífilis con igual precisión que la ofrecida por las pruebas tradicionales, que demoran varios días en arrojar un resultado y requieren que expertos las analicen en un laboratorio, según señalan las pruebas realizadas en Ruanda y cuyos resultados se publicaron ayer en la revista Nature Medicine .

No hace falta que una persona con conocimientos médicos opere el laboratorio: basta pinchar el dedo del paciente, poner la gota sobre el chip (contenido en un plástico del tamaño de una tarjeta de crédito) y luego leer el análisis en un aparato tan fácil de operar como un teléfono celular.

Cada tarjeta tiene un costo aproximado de $1, y el aparato para leer la prueba cuesta unos $100, lo que convierte esto en una tecnología de alcance mundial. Los pequeños laboratorios se pueden fabricar para detectar otras enfermedades, como la gonorrea e incluso el cáncer de próstata. Una versión del chip ya se utiliza en Europa con este propósito.

El invento Sia es desarrollado a mayor escala por la compañía que él fundó, Claros Diagnostics Inc., catalogada por Technology Review como una de las 50 empresas más innovadoras del planeta.