Día de la Madre también fue una celebración de recuerdos

Sentimiento, llanto y oraciones llenaron cementerios Obrero y Calvo, en San José

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ayer fue un día para todas las madres, incluso para las que partieron hace meses o décadas.

Es esa la historia de Deyanira Obando Guzmán, una vecina de San Antonio de Coronado que acudió ayer al Cementerio Obrero, en San José.

La mujer no recuerda un rostro o una palabra, pues no conoció a su madre, quien falleció cuando ella tenía apenas un año de edad. Eso ocurrió hace 62 años.

A pesar de esa realidad, para Obando este día sigue siendo especial y siempre visita el sitio donde descansa su progenitora.

“Siento mucho cariño hacia ella, aunque no la recuerdo”, dijo.

Aquel sentimiento es compartido por muchos otros costarricenses, que celebraron con recuerdos. Ellos fueron al cementerio, como otras familias festejaron con sus madres en un restaurante, un parque o el comedor de la casa.

La diferencia, sin embargo, es que aquí son inevitables las lágrimas, como lo admitió Liz Rebeca Soto, vecina de Alajuelita.

“Es muy difícil pasar el día de la madre sin ella”, reconoció, al tiempo que su voz se quebraba.

Ella recordó a su madre, Margarita Rímola, quien se despidió hace tres años.

Para algunos de los asistentes ayer, la visita al cementerio es una tradición, como ocurre con los hermanos Solís Rojas.

Normalmente, dijeron, acuden los seis, aunque ayer solo pudieron llegar cuatro de ellos: Luis, Marco, Ana y José.

Años no importan. El tiempo que ha transcurrido desde la separación pareciera no importar, pues las memorias siguen vivas.

Arelis Acosta, por ejemplo, perdió a su madre hace 10 años y nunca ha dejado de extrañarla.

“ Es muy duro, pero ella está mejor ahora con el Señor”, expresó como para consolarse.

En cambio, Martha Alpízar, se quedó sin su mamá apenas hace 11 meses.

Luis Martínez Cedeño, visitante del Cementerio Calvo, aprovechó el día para limpiar y arreglar la tumba donde descansan los restos de su mamá.

Martínez tiene 81 años y pasó por aquel difícil momento hace 26.

“El Día de la Madre significa para mí algo muy sagrado”, comentó este vecino de barrio Cuba.

El 15 de agosto es un feriado incluido en el Código de Trabajo y de pago obligatorio. Además, se ha convertido en una celebración clave para los comerciantes que atraen a buscadores de obsequios con rebajas y promociones.