Delincuente roba a preso con daño mental

Los conflictos afloran entre condenados que, a juicio de su director, no deberían estar en el Centro de Atención para Personas con Enfermedad Mental en Conflicto con la Ley

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La cartera siempre está en la bolsa de su camisa y, aunque no puede comprar nada en el centro, para reos con trastornos mentales, cuidar su dinero es importante.

Un día, un joven lo tomó con fuerza, y le robó su billetera en un salón del Centro de Atención para Personas con Enfermedad Mental en Conflicto con la Ley.

“Es un adulto mayor hipertenso y, por el susto y la tensión, sufrió una crisis de presión alta. Debimos enviarlo a Emergencias del Hospital Psiquiátrico”, contó Cristian Elizondo, psiquiatra y director del albergue dependiente de la Caja Costarricense de Seguro Social.

Ambos cometieron delitos, pero el anciano sí sufre una enfermedad psiquiátrica “que le impide distinguir entre el bien y el mal, y, por esta razón, no va la cárcel, sino que viene acá a recibir terapia”, explicó Elizondo.

A su juicio, la otra persona no debería estar en el centro porque el dictamen de la Medicatura Forense señala que sufre de trastorno disocial de la personalidad (antisocial).

“Ese trastorno no es un mal psiquiátrico; es una característica de la personalidad que está presente en el 75% de los delincuentes (mentir, robar, pelear con frecuencia y no mostrar culpa ni remordimiento)”, añadió Elizondo.

A criterio de Elizondo, el juez debió solicitar más información al psiquiatra forense sobre qué es el trastorno disocial, antes de dar su fallo y enviarlo al centro médico.

Más casos revelan cómo reos que padecen trastornos mentales y otros que no los sufren conviven en el centro creado solo para reos con trastornos mentales en conflicto con la ley. “Un adicto a las drogas, acusado por robo, alegó trastorno mental, y el juez lo mandó aquí con una medida cautelar de tres meses, mientras va a juicio. Él es un disocial, bochinchero. Acá no tratamos adicciones”, agregó Elizondo.