Cúmulo de obstáculos frustra auge de ‘clusters’ de alta tecnología

Trámites y falta de mano de obra calificada retan la competitividad

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Exceso de trámites, falta de mano de obra calificada, infraestructura vial y portuaria deficiente y hasta problemas de inseguridad ciudadana..., y la lista sigue.

Esos son solo algunos de los retos que dificultan el auge de los cluster de alta tecnología (concentración de empresas) instalados en el país, y que generan cerca de 60.000 empleos, según cifras aportadas por la Coalición de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).

Se trata de las áreas de ciencias de la vida, servicios y manufactura avanzada. Algunas empresas que operan en estos grupos son Baxter, Intel y Sykes, pero los pendientes también acechan el nacimiento y desarrollo de nuevos clusters, como el de “tecnologías limpias”.

Gabriela Llobet, directora de Cinde, explicó que este conglomerado agrupará a empresas que trabajan, por ejemplo, en la manufactura de las tarjetas de circuito electrónico para las turbinas de viento, así como en la prueba y el ensamble de paneles solares.

El desafío también lo es para la formación de dos nuevos subsectores (‘hijos’ de un cluster): biotecnología (proveniente de ciencias de la vida) y entretenimiento y medios (servicios).

Una de las empresas de ese último subsector que hace dos meses anunció su llegada el país es Elastic Path, firma canadiense que se dedica a la consultoría y al desarrollo de servicios de software para comercio en línea de servicios y productos digitales, confirmó Alonso Gómez, su asesor de operaciones.

Desde los años 90, Costa Rica se enfocó en el desarrollo y el impulso de industrias de alta tecnología, recordó Anabel González, ministra de Comercio Exterior.

Lo anterior fue posible gracias a la disposición de mano de obra de calidad, estabilidad política, cultura de servicio y cercanía con Estados Unidos. Así, hoy existen aquí 210 empresas de alta tecnología.

Otro panorama. Sin embargo, el panorama ha cambiado, y el país debe dar la talla ante las nuevas necesidades.

Gómez, de Elastic Path, destacó la importancia de que el país reduzca los tiempos que destinan las nuevas empresas para abrir operaciones en el país.

“Una empresa puede tener interés de iniciar operaciones en Costa Rica, pero puede que lo pierda en el proceso de investigación”, indicó.

Un estudio del proyecto Doing Business 2010, que proporciona una medición objetiva de las regulaciones para hacer negocios, indica que, de 183 países, Costa Rica se encuentra en la posición 127 en cuanto a la tramitación necesaria para abrir un negocio.

Por otra parte, Llobet, de Cinde, y la ministra González enfatizaron la necesidad de que las universidades y los institutos acreditados gradúen más ingenieros en las distintas ramas, técnicos especializados y profesionales en contabilidad, finanzas, administración y animación digital, entre otras carreras.

Otros temas que también preocupan son la falta de legislación en tecnologías limpias y el mejoramiento de la infraestructura vial, portuaria y energética.

Los problemas del país en infraestructura quedaron de manifiesto en el último índice de competitividad global, elaborado por el Foro Económico Mundial y que salió a la luz pública en setiembre del 2010. De 139 países evaluados en esta materia, Costa Rica ocupa la posición 78 en esta materia.

Otros por delante. Jorge Murillo, gerente de proyectos del Incae Business School –quien años atrás participó en un estudio sobre nuevos clusters–, agregó otros factores que el Estado y las empresas no deben descuidar: mejorar el intercambio de bienes por las aduanas, detener la creciente amenaza de inseguridad, y realizar mayor inversión de las compañías en innovación e investigación.

En sintonía con lo anterior, Olman Segura, presidente del Instituto Nacional de Aprendizaje, apuntó que su entidad trabaja en la formación de profesionales “que den la talla con las actuales necesidades del mercado”. Por esto, el INA imparte cursos de metalmecánica, automotores, telemática e industrias alimentarias.