Cuando el mundo suena

La responsabilidad ciudadana requiereque se haganesfuerzos hoy

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El editorial del 11 de julio anuncia que el crecimiento económico global será revisado a la baja para el presente año. Ya no será el 3,5% previsto para el mundo o el 3,7% para América Latina, según la Cepal. Ya Bárcena de este organismo, advertía hace seis meses del efecto de la crisis en la eurozona, especialmente en el canal real –exportaciones, precios, inversión extranjera directa, remesas y turismo– y en el financiero relacionado con mayor volatilidad. El 12 pasado, España anunció aumentos tributarios y ajustes en su presupuesto. Lo cierto es que la crisis financiera global, ya no es financiera.

La situación financiera es solo un indicador de una crisis de las estrategias de desarrollo que se han seguido. Es el anuncio del fin de una era en la que el eje ha sido el crecimiento económico y la democracia como uno más de los productos de consumo, más que como sustento efectivo de nuestra práctica para el desarrollo. Enmarcado en un quehacer político general que denota más frivolidad que visión y acción. En palabras de Vargas Llosa, nos hemos convertido en la “civilización del espectáculo”

Nuestra vulnerabilidad como país puede verse desde diferentes ópticas. Por un lado, la gobernabilidad, entendida como una mezcla de legitimidad política, finanzas sostenibles e instituciones estratégicas fortalecidas, se ve cada vez más deteriorada. Por otro lado, La contracción económica internacional nos afecta fuertemente porque más del 60% del PIB está vinculado con comercio exterior. Tenemos un gasto público rígido en el que la mayor parte del presupuesto tiene partidas ya asignadas, y dejan poco para las inversiones adicionales necesarias. Considerando la salud y educación como inversiones.

A esa combinación de factores adversos se suma que tenemos el déficit fiscal proporcionalmente más grande de América Latina. De no hacer nada, el déficit llegaría al 10% del PIB en cinco años. Ya el 25% de todo nuestro gasto se dedica a la atención de la deuda. Y esta atención corresponde a más del 40% de nuestros ingresos. El Estado costarricense financia con deuda más del 45% de sus gastos y sólo así puede atender sus obligaciones. Esto pone una pesada carga sobre nuestra hacienda pública y sobre toda nuestra economía. Ese es un nivel insostenible porque para cumplir nuestras obligaciones tenemos que recurrir a continuo endeudamiento.

Estrategia de desarrollo. El pasado viernes 6, en la UNED se realizó un conversatorio sobre la gobernabilidad y una política fiscal sostenible. Liderado por Velia Govaere, otros prestigiosos académicos de la institución y el señor Guillermo Zúñiga, exministro de Hacienda, analizaron la situación actual y en este espacio se perfilaron algunas propuestas concretas. Govaere advierte el peligro de una nueva negociación del FEES bajo condiciones fiscales insostenibles y el señor Zúñiga reitera su postura sobre la necesidad de incrementar la carga tributaria que ronda el 13,5% del PIB y llevarla al 18% con una estrategia combinada de acciones y medidas que se apliquen de forma paulatina en un periodo aproximado de cinco años.

Desde una perspectiva más amplia, los resultados económicos y financieros son indicadores de que no funciona la estrategia de desarrollo. Si la estrategia funciona, los indicadores sociales, ambientales y económicos mostrarían que las personas y su ecosistema gozan de armonía, paz, salud, educación, oportunidades, libertad, solidaridad, acceso al conocimiento, etc. Mostraría que la clase política comprende los valores de su población y construye escenarios de calidad de vida para todos.

Ciudadanos por el bien común. La situación financiera y económica costarricense muestra que está en peligro la salud, la paz, la educación y en general, la calidad de vida de los ciudadanos y los ecosistemas. No obstante, no parece que la estrategia democrática actual sea suficiente para que se tomen las medidas y se puedan enfrentar los desafíos que solo crecerán.

La representatividad actual no es suficiente, es necesario democratizar la democracia. Es necesario que haya más ciudadanos actuando por el bien común, son necesarias más voces y mejor gestión.

Es necesario fortalecer los esfuerzos locales y regionales. Son necesarias nuevas organizaciones políticas, no electorales. Redes de organizaciones locales que representen los sueños y el potencial de las regiones. Es necesario que más costarricenses asumamos la responsabilidad de opinar y actuar en el nivel local y regional.

Finalmente, es conveniente reflexionar sobre el aspecto global de la crisis financiera. Sencillamente, las cifras de crecimiento económico en China, India, Corea del Sur, Panamá, Brasil, aunque se revisen a la baja o se contraigan, solamente muestran crecimiento.

Es conveniente replantear la obsesión por el crecimiento económico y generar mayor atención a la estrategia de desarrollo que se sigue.

Es indispensable en cada esfera no posponer más las medidas. Los esfuerzos que se hagan hoy son mucho menos costosos que los sacrificios futuros que implicaría seguir si hacer nada. La responsabilidad ciudadana, empresarial, académica y política requiere realmente que se hagan esfuerzos hoy para dibujar un mejor futuro.