Cruzar una puerta nos hace olvidar

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La memoria nos falla todos los días. Tanta información a nuestro alrededor y la presión de estar concentrados en varias cosas a la vez nos hacen encontrarnos a menudo en situaciones donde simplemente se nos olvida qué era lo que debíamos hacer.

Confieso que a mí me ha pasado, y estoy segura de que a usted también: entro de repente a mi habitación en busca de algo, pero olvido qué era lo que andaba buscando; entro a la oficina de mi jefa para decirle algo, pero, al verla, ella me comenta algo de otro tema y yo simplemente olvido por qué era que había ido a buscarla en primer lugar; o llego a un sitio donde tenía que hacer algo, pero soy incapaz de recordar cuál era la tarea que venía a hacer

Lo que me ocurre a mí –y a usted– dichosamente no son los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Esos olvidos son culpa de los marcos de las puertas – sí, leyó bien: los marcos de las puertas– y la forma como nuestro cerebro archiva datos.

Así lo revela un nuevo estudio desarrollado por el psicólogo Gabriel Radvansky, investigador de la Universidad de Notre Dame.

Según sus hallazgos, el cruzar el marco de una puerta e ingresar a una nueva habitación nos hace más susceptibles a olvidar eventos que ocurrieron en la habitación donde estábamos antes.

¿Por qué? Simplemente porque el marco de la puerta sirve para nuestro cerebro como límite entre un espacio y otro. Así, nuestro cerebro archiva y separa lo que ocurre en un lugar de otro, lo cataloga como eventos separados. Es por eso que se nos dificulta recordar aquello que acabábamos de ver, pensar o hacer en la habitación de al lado.

Para demostrar eso, Radvasky desarrolló una serie de experimentos con estudiantes. Unos los realizó en ambientes virtuales, otro lo hizo en habitaciones reales, pero todos consistían en situaciones similares: habitaciones con mesas donde había objetos como cubos, pirámides o cilindros de colores sólidos y la indicación de llevar alguno de esos objetos a otra mesa dentro de la misma habitación o en una habitación vecina.

Luego se les pedía a los voluntarios hacer una tarea sencilla, como una suma, y a continuación se les mostraba imágenes de alguno de los objetos y se les preguntaba si era el que habían movido o no.

Las pruebas, cuyos resultados se publican en la revista Quarterly Journal of Experimental Psychology , muestran que las personas olvidan mucho más cuando pasan por el marco de una puerta que cuando se desplazan en la misma distancia, pero dentro de un mismo cuarto.

Los experimentos son prueba de que el cambio de escenario, marcado por el pasar debajo del marco de una puerta, es interpretado por el cerebro como un límite entre un evento y otro, separando lo que ocurre en un sitio de otro y dificultándonos poder acceder a lo que nuestra memoria acaba de archivar.