Crítica de televisión: Hacer bien lo hecho

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¿Novedad? Es importante celebrar el lanzamiento del A Toda Máquina en domingo, puesto que, desde hace muchos años, la pantalla estaba ocupada por asuntos deportivos, donde el triste objetivo es hacer buenas transmisiones de partidos malísimos, mientras que los programas de análisis se quedan en conversatorios de lamentos y los resúmenes apenas cumplen la idea de ser catálogos del día.

En fin, es un gusto tener algo bien producido para ver los domingos, con calor tico y con presencia de gente común en pantalla, divirtiéndose y gozando de lo lindo, lo cual es, además, un buen aporte del canal 7 en su 50 aniversario.Ahora bien, el programa resultó ser una copia de buena parte de los concursos hechos antes en el país.

De hecho, tiene muy asumido que renunció al propósito de sorprender y se enfocó en hacer bien lo ya hecho.Los animadores son debutantes en la tarea de ser estelares y cada domingo han logrado presentarse con más gusto y con más tino. ¡Como debe ser!El primer día, Glenda Peraza pegaba unos gritos tan fuertes y agudos que uno deseaba desesperadamente que se callara, y Geovanny Linaris tenía la dicción tan perdida, que uno lograba entender algo hasta después de algunos segundos de haberlo escuchado, gracias a la relación de palabras y no tanto por haber oído cada una de ellas.Cuatro programas después, Glenda ya habla un poquito más lento y más bajo, se mueve con más calma y gracia, y Geovanny está más en control, pues intenta hacer cambios de ritmo con la voz para crear expectativas, aunque siempre se resiste a presentarse de manera natural y opta con asumir un personaje de movimientos rígidos, sonrisa fingida y frases dichas en farsa, como acostumbra hacer en otros programas.

No es que esté mal, es su forma de comunicarse y está bastante clara.Lo único que ha ido en descenso es el deterioro del vestuario de Glenda Peraza.Este domingo salió con un pantalón roto como si fuera una adolescente queriendo llamar la atención con su recién estrenada rebeldía y –creo– que la señora Peraza debería apostar más por lo casual elegante que por el estilo callejero; al fin y al cabo, la gente tiende a pensar que las animadoras de la tele o marcan la moda o son muy elegantes.

Por cierto, el regreso de Glenda a la tele, tras tres años de ausencia, es una alegría grande, pues ella es simpática, amable y cariñosa con el público y sabe relacionarse con la gente de una manera animosa. Geovanny Linaris ya comienza a ganar posición en el set para saber si puede llegar a ser un animador con dominio propio y, poco a poco, comienza a llenar con su presencia la cámara; además, cuando quiere, está atento y es ingenioso.El que me parece mejor de todos los talentos del programa es Pachico el Che , el personaje. Por otro lado, el concurso de baile con parejas mayores es lo mejor de lo que vemos en A toda máquina .