Crítica de danza: Todos somos responsables

Urgente: La obra denuncia el deterioro que sufren los ríos del planeta

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martaavila8@gmail.com

Esta crítica es diferente por la innovadora propuesta que nos ofrecen los miembros de la Compañía de Cámara Danza UNA, quienes realizaron su primera temporada del año guiados por la artista escénica costarricense radicada en los Estados Unidos, Elia Arce.

Este trabajo tuvo como escenario las inmediaciones del río Pirro, en la provincia de Heredia, al costado del parqueo principal de la Universidad Nacional; no hubo diseño de luces, ya que la actuación se llevó a cabo a plena luz del sol, la escenografía fue la cuenca del río y los asistentes estuvimos de pie alrededor de la misma.

El tema central de la puesta en escena de Río Pirro, es el terrible estado de contaminación que tienen los ríos en nuestro país, de ahí se deriva el título de la obra.

El abordaje que Arce propone está enmarcado en lo que se conoce como arte performance, que implica actos vitales de transferencia, los cuales transmiten saber social y sentido de identidad a través de acciones reiteradas, como lo plantean los teóricos que han estudiado este tipo de manifestaciones.

Además, las actuaciones o performances intentan captar lo efímero y cambiante de la misma vida; por lo tanto, cada actuación puede sufrir modificaciones, según el entorno y los participantes.

Durante 50 minutos, este colectivo nos obligó a mirar el oscuro color de las aguas que pasan por este río y van hacia al mar. Fuimos testigos de la cantidad de basura que transita por esa cuenca deteriorada.

Mientras los bailarines realizaban sus movimientos y variaciones, el río no disimuló los fétidos hedores que emanan de sus entrañas. A pesar de toda esta nauseabunda situación, por instantes se pudieron ver algunas ardillas saltar entre las ramas de los arbustos, escuchar el canto de un yiguirro y hasta observar las coloridas alas de una mariposa heliconius.

Los bailarines, Christopher Núñez, Kristy Vargas, Kimberly Ulate, Lourdes Venegas y Sofía Solís merecen doble aplauso, ya que tuvieron que soportar las peligrosas condiciones que se dan en un río tan contaminado como el Pirro, y su participación denotó una gran convicción ante un arte de denuncia.

Ellos se debatieron entre la ficción y la realidad, envueltos en un marco sonoro creado y editado por el músico Daniel Solano, quien integró sus acordes con los ruidos de la calle.

Por otra parte, el quinteto deambuló ataviado con un vestuario funcional que fue resuelto por el colectivo y Arce.

Muchas preguntas. Después de ver este trabajo de corte sórdido, nos queda un sabor amorgo y de inmediato surgen las inquietudes.

¿Qué hemos hecho para que los ríos perdieran sus aguas prístinas? ¿Qué vamos a hacer para cambiar esta realidad? ¿Dejaremos que las pocas aguas limpias se conviertan como las del río Tárcoles, el río Virilla, río Torres o el río María Aguilar?

El estado actual de las aguas de nuestros ríos es consecuencia de la desidia, indolencia, negligencia de todos los miembros de la sociedad.

En este sentido, es de esperar que el arte pude contribuir a cambiar los errados comportamientos del ser humano.