Crítica de danza: rescatar el mejor repertorio

» Oportunidad: Tiempo para retomar obras y mostrarlas

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El Festival Nacional de Danza mantiene su peculiaridad de ser un espacio, especialmente, para el repertorio. Además, le permite a los coreógrafos retomar sus trabajos y redimensionarlos en nuevos espacios y ante otros públicos. También, los seguidores de la danza pueden ver la evolución interpretativa y posibles cambios que afectan positiva o negativamente a los remontajes de las obras. En esta oportunidad, algunas coreografías mejoran con el tiempo, otras pierden el impacto de su estreno y en algunos casos se afinan detalles sin variar el núcleo creativo.

La segunda noche ofreció un programa con cuatro obras de agrupaciones independientes de diversa trayectoria y estilos coreográficos.

El espectáculo abrió con el Nostalgia del presente, de Laura Pérez, directora de Condanza y la bailaron Tania Murillo, Jorge Félix Morejón, Wendy Chinchilla y la autora. Esta pieza, fue la que mostró mejor nivel interpretativo durante la jornada. El cuarteto estuvo bien acoplado, con adecuada proyección y prolijo en el manejo espacial. Como apoyo técnico, Nostalgia del presente contó con el diseño de luces de Humberto Canessa y la banda de sonido de Carlos Chaves.

Ericka Sedó presentó una versión en trío de su trabajo Entrepies. El elenco de Ciempiés estuvo constituido por Zoila Alvarado, Mariela Bianchini y Silvia Ortiz. La coreógrafa se apropió del lenguaje contemporáneo para plantear el tema del arribismo y la falta de solidaridad. La primera parte de Entrepies resultó interesante por los dinámicos juegos espaciales donde la autora utilizó, principalmente, las caídas y los cambios de niveles. Sin embargo, en la segunda sección, los elementos compositivos se tornaron reiterativos sin lograr mayor aporte a lo expuesto. Silvia Ortiz destacó en su interpretación.

El colectivo Ezza Danza, integrado por Vivian Cordero, Melania Hernández, Carla Sánchez, Iyahali Somarriba y Lynn Vargas, se hizo presente con su primera composición denominada Saudade. Una coreografía que nos acusó buena impresión en su estreno, a principios de año, y trata la temática femenina. No obstante, en este contexto, a la coreografía de este joven colectivo, le hizo falta un ojo externo para que les afinara aspectos de dramaturgia e interpretación.

El espectáculo cerró con Acertijo, creación del grupo independiente Stratego-Danza. Esta obra es responsabilidad compositiva e interpretativa de Ileana Álvarez y Alexander Solano y cuenta con la participación de Ana Muñoz, en el diseño de iluminación, proyección de imágenes y fotografía. En Acertijo, los autores proponen dos personajes que están cautivos por una relación maltratada por los abusos del poder, llena de ira y miedos ante la soledad. Para ello, tomaron recursos de la danza-teatro como son: el uso de parlamentos, acentuada gestualidad y repetición de movimientos, por citar algunos. Además, la música es original de Manuel Monestel.

Para la presente ejecución se apreciaron mejoras en los aspectos plásticos y un manejo corporal parejo de parte de los bailarines. Mientras que en el uso de la voz, a Ileana Álvarez le faltó proyección y volumen, en el primer segmento de la obra.