Crítica de danza: Protagonismo del movimiento

Avance El nivel alcanzado es fiel reflejo de la constancia en el trabajo, sin dejar por fuera la experimentación

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Este fin de semana, la Compañía Nacional de Danza está presentando su último trabajo titulado Cuerpo trans lúcido , realizado de la mano de un coreógrafo invitado. La dirección y coreografía del espectáculo estuvo a cargo del maestro Pepe Hevia, quien también fue el responsable de la edición de la banda sonora, el concepto de iluminación y el diseño de vestuario. Al revisar los créditos de la producción, nos damos cuenta de que Hevia trató de abarcar la mayoría de los detalles de la obra. Lo que de partida le dio una ventaja para obtener unidad, tanto en lo plástico como en lo conceptual.

También en este trabajo es evidente el nivel interpretativo que ha alcanzado el elenco de la agrupación oficial, permitiéndole brindar al público buena calidad en su producción. Además, Hevia contó con la complicidad del artista plástico Ricardo Alfieri en la creación del diseño escenográfico.

Cuerpo trans lúcido es una propuesta que se basa en la exploración del cuerpo humano y sus posibilidades expresivas mediante un dominio técnico. En ella se apuesta a la danza pura que por su tratamiento permite muchas lecturas. No pretende contar historias pero su composición y ejecución le brinda al espectador la posibilidad de interpretar múltiples situaciones relacionadas a la vida cotidiana.

En esta obra nada sobra, pues cada elemento que se introduce en la escena tiende a crear, de manera sutil, sentido dramático. Un ejemplo de lo anterior es el interesante vestuario. Este jugó un papel fundamental en la obra. Primero, porque fue muy bien pensado, valorando las características de cada cuerpo y luego por la sobriedad, sin ser monótono. Además, la iluminación lo reforzó y se integró a la escenografía que mantuvo el mismo concepto de economía de recursos (bellos paneles transparentes), aportando a la idea de la obra.

No obstante, en el diseño de luces, especialmente al inicio de la obra, sentí un exceso en la neblina, efecto del hielo seco que resultó cansino. Situación mejorada en segmentos posteriores al lograr mayores efectos, predominando los contrastes del claro oscuro.

El nivel interpretativo alcanzado por los miembros de la Compañía Nacional de Danza en Cuerpo trans lúcido no es obra de la casualidad. Es el resultado de un esfuerzo sostenido, al que se han enfrentado, al ejecutar espectáculos en los cuales han sabido vencer los retos técnicos e interpretativos como fueron Leonardo (2010), Cuenta las estrellas del cielo (2011) y Vacuo (2012).

En este sentido Hevia puso a los bailarines a dominar el cuerpo y manejar las emociones para dibujar con esa carga, complejos diseños espaciales, con resultados satisfactorios en la ejecución. De esta manera, en los segmentos grupales pudimos observar sincronía adecuada, así como buena proyección en los solos, dúos y demás composiciones. Destaco la aparición del coreógrafo, en la última sección de la obra, como un gesto de agradecimiento al conjunto por el trabajo realizado.

En general, es un espectáculo del cual los amantes de la danza salimos satisfechos por el buen nivel alcanzado.